III ACTO

Te dije que no era distinta y esperaba con ironía, no me creyeras. Luego tomé las medidas necesarias para que no escapara el presente de nuestros brazos. Ahora que todo es lejano, admito haberme empecinado en convertirnos en algo que no estábamos listos para sostener. No quisiera olvidarte hoy, no quisiera olvidarte aún pero mi naturaleza animal me impide insistir. Decirte que lo real no se crea ni se inventa, solo está. Que tal vez las palabras que no quise escuchar, las detuve para hacernos un favor, que incluso cuando admití mis sentimientos por ti supe que era un error. El acto de confesar, de desvelar lo que nadie pidió, de decirte siquiera me gustas tanto que debo decirlo. Qué inoportuna he sido a sabiendas que no podía hacerme cargo. Acelerada como mi corazón, impulsiva como soy. Aún al pie de este pequeño desastre, elijo no saber. Elijo la ambigüedad, solo esta vez. Tomo lo que me pertenece, dos citas, dos amaneceres, los besos, las fotografías mentales de tus lunares, la frágil memoria de la textura de tu piel. Me despido porque soy insufriblemente formal, violentamente sistemática. No sé nada del amor, pero sé muy bien lo que es real.

08/05/2025