Edad.

La edad, es un número que determina en que ciclo de la vida nos encontramos. pero, más allá de ello.. siendo personas tan complejas, el sistema abierto con múltiples dimensiones que se interrelacionan entre sí ¿Un número es capaz de definirnos a la perfección?

La edad si puede definir en que posibles cambios biológicos se podrán encontrar en nuestro organismo, pero ¿podrá definir nuestros conocimientos, experiencias, valores y opiniones de ciertos temas? ¿será posible definir todo lo que soy un simple número?

Sabemos que como personas tenemos nuestras propias experiencias, aprendizajes y maneras de ver la vida que todo esto se verá influido en el estilo de vida que uno lleva. Uno evoluciona a base de muchos factores, y sí, uno es la edad pero no quiero hablar del desarrollo cognitivo ni nada por el estilo.

Quiero hablar de como las experiencias, manera de vivir y aprendizajes nos llevan a evolucionar como personas, nos lleva a conseguir esa sabiduría y ese conocimiento que algunos de nuestra edad tendrán, otros no (y que posiblemente lo adquieran más adelante) pero me estoy yendo de tema, o quizás no tenga un camino que seguir al escribir este texto y solo mi unica intención de escribir sobre la edad es entender el por qué no me siento conectada con las personas a mi alrededor, pero no es por la diferencia de edad, es por la diferencia de vivencias, los distintos tipos de vista por tener distintas experiencias pero aún así me siento rara

Me siento ese bicho en la esquina de la habitación que solo los observa silenciosamente y escucha sus conversaciones, no me siento parte de ese círculo, no me siento identificada con lo que dicen.

Siento la necesidad de huir, de esconderme en la huecos de la pared hasta que se vayan o hablen de un tema del cuenta tenga el conocimiento, pero no pasa y si se acerca aún no me siento con el valor de abrir mis alas y hablar frente a ellos, me siento inmadura, siento que mis vivencias no valen en esa mesa, mis conocimientos son estúpidos a comparación de los suyos, me siento el bicho con alas rotas que solo los observa en la esquina de la habitación, un bicho que desea ser parte de ellos pero una vez más cae en la idea de que la diferencia de edad es una barrera con ellos y quizás, solo quizás el inicio de su texto era para derrochar esa idea pero ni aún así, ni sus experiencias, estilo de vida y conocimientos sean suficientes para poder por fin sentarse en esa mesa.