Todo el ecosistema y la biodiversidad
que existe en un vínculo;
la cantidad de gramos de mimos,
de conmoverse y dejarse atravesar
por los demás que se necesita
para alimentar ese medio ambiente.
Las risas y carcajadas;
mirar alresto por lo que realmente es
y no querer fumigar ese huerto.
La pasión.
Perder la paciencia.
Conseguimos todas las ansiedades a cambio
de comer pizza los viernes a la noche.
Ponemos barreras a eso ajeno; adentro o afuera.
Lo mediatizamos, no se qué es peor..
Olvidamos el cuerpo y su necesidad de vitamina de tacto.
Nos olvidamos de regar el jardin vivo
que habita en los abrazos.
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Rocío Giménez Ferradás
Hola! Soy dibujante pero las palabras son un jardin en el que refugio el pensar
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