Te amé en silencio,
como quien guarda un secreto
que nunca será compartido.
Mi corazón, tan lleno de ti,
gritaba en la quietud,
pero tus ojos nunca lo vieron.
El rechazo se instaló en mis venas,
como un veneno dulce y lento,
y aunque mi alma se retorcía,
seguí sonriendo en la penumbra
de un amor que no quería.
Tus palabras fueron puñales
que nunca llegaron a tocarme,
pero tu indiferencia me desangró,
en un rincón donde las sombras
se hicieron hogar.
Te busqué en tus ausencias,
te esperé en cada rincón vacío,
pero lo único que encontré
fue la fría certeza
de que mi amor nunca fue para ti.
A veces el alma se quiebra
en el eco del rechazo,
y aunque duela,
aún queda la huella
de un amor que nunca llegó
a rozar tus labios.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión