mobile isologo
buscar...

ébano

Aug 10, 2025

135
ébano
Empieza a escribir gratis en quaderno

En el centro del bosque, donde el aire huele a secretos y la penumbra es más densa que el sueño, ella descansa, envuelta en un abrazo que ningún mortal se atrevería a reclamar.

Las escamas se deslizan sobre su piel como pétalos de un metal vivo, cada roce marcando un pacto invisible entre carne y serpiente.

Su cabello cae como un río oscuro sobre los anillos que la aprisionan, pero no hay súplica en su mirada: hay un brillo paciente, un saber antiguo que late bajo sus pestañas.

Ella conoce el peligro, lo ha probado en labios ajenos, y ahora lo bebe directo de la fuente, del aliento tibio que roza su cuello con una devoción casi humana.

El reptil la envuelve como si temiera que el viento pudiera arrebatársela, su lengua se asoma para probar el sabor del silencio, y en ese gesto, el bosque entero se inclina, sintiendo que asiste a un ritual que ocurrió antes de la primera palabra.

Ella sonríe, no con inocencia, sino con la certeza de que la tentación es un puente de doble vía.

Es la sacerdotisa y la ofrenda, la que seduce sin moverse, la que devora sin abrir la boca.

Entre ellos no hay lucha: solo un intercambio de reinos, una promesa de eternidad que se aprieta en círculos cada vez más cerrados.

En lo más profundo, donde sus miradas se cruzan, algo más que deseo se revela: la comprensión de que la vida y la muerte pueden dormir juntas si se abrazan con la fuerza suficiente.

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión