Nunca antes había escrito con este desdén en la mente, nunca antes había escrito con un temple triste, pero ante el impedimento de escribirte. Solo me queda ahogarme en mis palabras y penumbras, es que el teclado y la pantalla terminan por ser mi verdugo, siento que se desmorona mi mundo y lo peor es que di todo por sostenerlo. Tengo muchas ganas de tirar todo a la mierda y de una vez arrancarme el corazon, por incrédulo e ignorar actuar guiado por la razón. Es inevitable sentirme triste, frustrado y agotado, de manera permanente todo es un ciclo que se repite, estos últimos días ha caído una intensa lluvia de señales y cosas que me lastimaban. Mi cabeza no paraba y en ningún hombro me apoyaba para poder desagotar todas las cosas que vulneraban mi ser.
Nunca te reclamaría nada, pues no has tenido la culpa de nada. En más de una oportunidad me advertiste que no dibuje flores en el lienzo, pero inevitablemente tenía el pincel y el acrílico dispuestos al comienzo, y claramente ya era tarde; Pues la puerta se cerró, el café se enfrió y el sol se ocultó. En qué momento se habrá empezado a cortar la fina y frágil línea del “amor”. Amor que se percibía tan real y luminoso como la luna, mas no me percate que estaba igual de lejos que el mismísimo sol. Me invade el dolor porque sé que no tenemos intención en lo que sucedió, simplemente la página paso y me llevo con ella. Derribándome, llenándome de tierra y barro, al final no tengo intención de estar limpio, ya que el recuerdo de todo esto que siento es lo que me mantiene unido a vos, ya vacilo de que nos podamos volver a encontrar. La alarma ya sonó y quizás es momento de decir adiós a esta gran ilusión. Mi cabeza está pensando que es lo mejor pero el corazon asiente a gritos que no.
Esta vez no se siente que falle, ni que falto, es que simplemente ya no es lo mismo, estoy tan encaprichado con el destino, que me frustra demasiado, no fueron suficientes estrellas fugaces, no fueron las mejores fuentes en las cuales tire mis monedas, ni las velas de cumpleaños ni muchos menos las pestañas caídas. Te juro que es lo que quiero más que nada en este mundo, me queda un amargor dentro, porque por más que siga ya no tengo aliento, tampoco motivación para comenzar ni avanzar, pero no, no me puedo permitir no aprender a convivir con este fuerte golpe. Eh pasado por cosas peores y lo sé, pero esto es lo fuerte de mi sentimiento.
Muchas horas del día dedico a pensar por que no me elegís, sé que no tengo nada malo, pero ¿Qué más puedo hacer? Porque siento que mientras más logro avanzar más lejos te veo, quizás es por el pesimismo del que me rodeo. El lamentable final es aceptar que todas esas personas que me tiraban la peor y de la manera más hiriente soltaban frases y palabras para hacer que te superen, terminen por tener la razón. Esto todo en vano ya que jamás me hicieron dudar de lo que sentía, pero si me despertaron y me hicieron ver que lo nuestro poco a poco se disolvía, lo que llevo a este terrible colapso. Ahora estoy escupiendo veneno y viendo lo feo de cómo se desdibuja lo bueno.
Pero toco, asi es el destino a veces sano, a veces dañino. Capaz ahora toque que se separen nuestros caminos y tenga que seguir adelante a un firme paso rasante, me enojo por que siempre tenes que tener la razón, yo no me limite, y otra vez me ilusione.
-Dentro mío sé que debo centrarme en lo que queda de ruedo, siento que esto no será un Adiós, Sino un hasta luego.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión