dormí con mi gata una siesta
buscando en la tibieza de mi cama
un refugio aislado
un respiro en esta tormenta
pero al abrir los ojos
el mundo me pesaba menos
como si algo hubiera huido
en el pliegue de un sueño
escucho mi latido
lo único que aun suena
escucho como mi respiración
ya no se aleja
porque todo lo demás
se ha vuelto un murmullo lejano
mi gata sigue durmiendo
ajena al derrumbe
mientras yo despierto
sin ganas de sostener el día
¿dónde quedó el sentido?
¿dónde se esconde la fuerza?
tal vez, en la espera
tal vez, en el próximo latido
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