Duele
Duele la vida, duele cada instante de esta insignificante existencia. No somos más que un cúmulo de materia arrojado al vasto universo. Y en nuestra estadía como materia, que somos, pensamos en la inmortalidad. La sola idea de no estar nos angustia. ¿Pero cuántas veces pensamos en eso? Algunas veces al día, otras más de una vez y más de tres en un mes, solo por decir números.
Duele pensar que no estaremos, duele la existencia, agobiante, duele, duele ser…
Duele perder a alguien querido, duele perder a un amor, a un amigo, un trabajo e incluso duele perder una materia insignificante.
¿Será la vida sólo dolor? No puedo dar una respuesta satisfactoria, muchos ya lo han pensado y a pesar de que sentimos felicidad y placer con las cosas que hacemos, solo nos alcanza con un momento de disgusto para que todo duela, de nuevo.
Duele escribir esto, líneas que pueda no estar de acuerdo en otro momento. Duele pensar que no se quién las va a leer, duele escribirlo siendo feliz. Mi existencia, no es tan dolorosa, pero solo es un engaño a partir de las cosas que he vivido y he podido disfrutar. Duele en silencio y existencialmente.
Somos dolor que existe a base de placebos y falsas esperanzas que nos simulan poder ser felices, pero que en el fondo duele.
Y a pesar de tanto dolor y sufrimiento, podemos decir, o esperamos decir, cerca de nuestra caducidad, “maravillosa vida”.
A pesar del dolor podemos estar felices y contentos, pero sabemos que duele.

Francisco Rosendo Capparelli
Lic en Psicología. Apasionado por los libros, disfruto de leer y recomendarlos. Tengo un podcast al respecto. A veces escribo, reflexiones, ideas, sentimientos.
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