de un momento a otro
los juegos de mesa dejaron de ser divertidos
ya no hay mates cebados en el quincho
que puedan llenar este vacío
hay una copa de vino rota en el piso
mi niña interior tiene frío
ya no tiene con quien jugar al dominó
ni quien la lleve a upa hasta a su cama
ni quien le cumpla los caprichos
aunque eso signifique
hacerle la contra a mamá.
desde el 27 que no sale el sol
las noches son más largas
a veces finjo que olvido
pero no hay quien pueda olvidar
al ser humano que lo dió todo,
hasta el último segundo,
para sacarle a una sonrisa
a quienes lo estaban cuidando
minutos antes
de su partida.
no sé que hay después de la muerte
y tampoco sé que sigue ahora
que le crecieron alas
a quien me vió crecer
y me enseñó a querer.
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