Para empezar, quiero aclarar que este artículo es producto de mi experiencia que cuenta con ayuda psicológica y con charlas de amigos.
Mi situación
"Vos pensás mucho" me dijeron últimamente, hasta mi psicóloga. Cuento a mis afectos cómo me siento con respecto a algunos temas, y me responden: pensás mucho.
A pesar de que hace tiempo vengo trabajando en mí, en mis actitudes, en mis pensamientos... el diagnóstico es el mismo: pensás mucho. Llegué al punto de dudar de si contar a mis afectos o no sobre mi día a día.
Me sentía mal por ese "diagnóstico", lo veía como algo negativo hasta hace unos días. Cuando hablé con mi amiga, me dijo: ¿vos sentís que pensás mucho? Le dije que hacía un tiempo no me daba cuenta, hasta que empecé a detectar esas voces, esas resistencias, esos pensamientos y, por ende, sensaciones . Los detecté y los pude ir domando poco a poco, y me enorgullece ese progreso.
Me preguntó: ¿ya sabés en qué momentos te pasa? Le respondí que poco a poco me voy dando cuenta. Y me dijo: A mí también me pasa, pero en un momento me digo "pará, hace un tiempo hiciste algo que pensaste que jamás harías, y lo superaste, lo pudiste hacer. Capaz que para esto te falte un poco más de tiempo hasta que te sientas segura, ya lo vas a hacer, solo que por ahora no es conveniente". Y si te pasa que querés sentirte de tal manera, preguntate "¿qué estoy haciendo para llegar a ese estado?". Quizás lo que vos hacés es ir superando diferentes situaciones y te vas cuestionando en comparación a antes, y a eso los otros le llaman "pensar demasiado".
Después de eso dejé de sentirme reprimida, le quité la etiqueta de bueno o malo al sobrepensar. Es verdad que existen los Pensamientos Distorsionados, no lo niego como tampoco niego que haya experiencias pasadas que dolieron. No hay instrucciones, todos aspiramos a estar mejor y se trabaja para ello, y es un proceso que lleva tiempo.
Recomendaciones
Por eso es que lo que recomiendo es no poner etiquetas, de no definirse al decir "yo sobrepienso las cosas" y menos etiquetarlo como bueno o como malo, sino preguntarse "¿esta manera de pensar me está funcionando?" "¿me hace bien lo que estoy haciendo?" "¿qué puedo hacer para abordarlo mejor?".
Lo otro que recomiendo (que me recetó la psicóloga) es hablar en relativo, es decir: por ahora hago esto, por hoy voy a hacer esto. Ahí descubrí el "un día a la vez".
No juzgar lo que sentimos... si dolió fue porque dolió, hay dolores distintos, pero no se pueden negar así como así.
Por último, ver los beneficios de la situación. Como dijo mi amigo "Tenés que sacarle algo a todas las cosas, porque si no, es como que te hundís. Y el tiempo que te lleve es indefinido. Si la vida no fuera con altibajos no tendría sentido. Tienen que pasar cosas para que puedas crecer, y así te vas curtiendo. Ya no volvés a lo mismo en una situación porque vas aprendiendo la lección".
Y me despido con esta cita:
El lenguaje es vinculante y tiene la capacidad de forjar y transformar radicalmente nuestra experiencia mental. Las palabras pueden calmar y sanar, pero también son capaces de crear estigmas y causar enfermedades.
El poder de las palabras, Mariano Sigman
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión