mobile isologo
buscar...

domingo de tregua (carta al domingo)

johanna

Dec 9, 2025

65
Empieza a escribir gratis en quaderno

Qué hermosos los fines de semana sin ocupaciones, con la única obligación de poner pausa al mórbido ritmo de una vida sistemática y encargarse pura y exclusivamente del anhelado, merecidísimo disfrute que conlleva el ocio. Qué privilegio los domingos vacíos de angustia y llenos, en cambio, de paz, de emoción viva y desnuda, donde una se siente tan libre y cómoda dentro del efímero lapso de su existencia, tan bien ubicada dentro de ese cuerpo que se le fue otorgado que es incluso capaz de abrazarse, de hacer una tregua consigo misma.

Ay, dominguicidio, tanto te juzgué, eternamente (no, eternamente no, tanto te odié hasta hoy, perdonáme) cegada por ese preconcepto que armé de vos y vos, querido, fuiste tan bueno conmigo esta tarde, incluso me regalaste un par de reconfortantes horas de solcito en pleno invierno. Te estoy genuinamente agradecida, las necesitaba tanto, no sabés cuánta falta me hacía poder amigarme con el mundo otra vez, salir durante el ocaso y encontrarme con la enorme majestuosidad de un sol anaranjado con destellos rubios, dador de vida y de calor, y regenerarme envuelta en la brisa fresca de fragancia campestre que me ofreciste hoy.

Disculpáme, domingo, por todas las veces que apareciste bienintencionado y te desprecié solo por tu nombre. Vos podrías ser tan mágico para mí como los miércoles o los sábados, y yo, porfiada, te desprecié en cada oportunidad que tuve. Pero no es por vos, te lo prometo, es que cuando una tiene el alma triste siempre busca a quién culpar y ya me conocés, me viste en innumerables ocasiones con el corazón despedazado y sangrante, llorando hasta agotar la humedad en mi cuerpo, porque siempre te elegí a vos para autodestruirme, y precisamente por eso puedo hablarte tan directamente, porque conocés mejor que yo el contenido de mi esencia expuesta en su estado más puro. Se terminó nuestra enemistad, te lo juro por mis acuarelas pastel, por mis lágrimas tornasol, por ese lunar mediano en mi abdomen que es definitivamente mi favorito, ¿lo sabías? Por cuestiones metafísicas evidentes no puedo abrazarte, pero miráme, date cuenta de cómo te viví hoy, ¿no es la vida bien aprovechada una caricia en sí misma?

Ay, domingo, te veía recelosamente como intruso en mi semana, te adjudiqué toda la responsabilidad del asfixiante tormento de mi ser, cargué injustamente tus hombros fantasmales con el título de irascible victimario sin darme cuenta de que no eras un malhechor esperando herirme, sino que siempre fuiste mi compañía, mi espacio para liberarme de la aflicción melancólica de todos mis años, para descargar esa congoja profunda y empezar el lunes sintiéndome restaurada, inmortal, inmarchitable. Mi tregua de hoy no fue solo conmigo misma; me reconcilié también con vos, ¿lo pudiste sentir, domingo protector, cuando pinté el espléndido cielo en mi lienzo para vos? Gracias por eso, también, no dudo que estás al tanto de mi amor por el paisaje de las siete de la tarde. Dibujaste para mí nubes lilas en un fondo cálido, de intensos tonos rojos y naranjas y rosas y amarillos difuminados maravillosamente y me conmovió tanto tu precioso anochecer que lo repliqué para vos bajo el árbol de la vereda, ese hermoso y noble árbol que durante media hora llovió flores rosadas sobre mis pinceles. Fuiste tan compasivo, tan sensible con mi espíritu al obsequiarme esta dosis de vida, de encanto, de claridad. Espero y deseo, con toda la benevolencia que cabe en mí, que aceptes mi amistad, porque me encantaría aprender a valorarte siempre como lo hice hoy, si vos estás de acuerdo en seguir siendo mi refugio y mi cómplice. Cuando me salude un nuevo sol matinal este lunes próximo, voy a comprar más acuarelas, óleos y crayones para retratarte en todos tus climas.

Te espero, a partir de ahora y hasta mi último domingo habitando este mundo, libre de rencor. Te espero y te recibo sin pesadumbre, sin tristeza. Te espero con ansias, dispuesta a vivirte así lo que dure mi tiempo.

Por fin, ¿no, amigo?

 

johanna

Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor

Comprar un cafecito

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión