mobile isologo
buscar...

Domingo de la Muerte de los Sueños. Parte III "Lo que Compartíamos"

.f.

Jun 24, 2024

94
Domingo de la Muerte de los Sueños. Parte III "Lo que Compartíamos"
Empieza a escribir gratis en quaderno

Mirando el lago olear de frente mientras querías saber poco y nada de conectar.

Ahí por iniciativa de esta servidora que defendió el esfuerzo y la apuesta. Querías devolver todo. Mi más alto sueldo ahí te importó tan poco.

Ahí por la iniciativa de organizar a los recién llegados en estraégicos taxis a distintos lugares de Bari, ante un reciente paro de colectivos. A pesar de estar doblada de dolor, todavía me alcanzaba la sonrisa para vos y la iniciativa para nosotros. (Parecen dos tontadas, pero no lo son. Quiero valorar estas cosas de mi)

Ahí, mirando el lago, escribí lo siguiente, que se lo muestro a extraños y no te lo muestro a vos.

La Violencia de las Mareas

Algunas personas podrían pensar que no hay nada más violento que el mar. Nada más violento que las olas, nada más violento que una tempestad. Pero creo que no hay nada más armónico, hermoso y continuo que la formación de las olas.

Empiezan como una pequeña montaña de agua que se va moviendo a través del espacio, avanzando hasta llegar a una altura crítica, la altitud que le permite su propia constitución. Una vez allí, desarrolla todo su potencial, dibujando una forma arqueada y mostrando la espuma, como si de enojo cruento se tratara, como si fuera una exposición. En un primer momento se desata, pero progresivamente va dejando su marca en el espacio que transforma con su andar, hasta desaparecer y fundirse con una costa serena que la recibe con tranquilidad.

Ese movimiento continuo, siempre presente en el mar, genera olas que llegan una y otra vez a la costa. Se gestan, empiezan, se desarrollan, terminan y siempre vuelven a empezar. Nada más armónico y hermosamente melodioso que el movimiento de las mareas. Lejos del golpe, lejos del cambio brusco, lejos de la violencia descarnada, el proceso en movimiento se puede ver una y otra vez. Va y viene, lejano a la brusquedad.

La tempestad tiene su justa medida de violencia, una violencia que transforma y provoca un cambio evolutivo. Perpetua en su andar, bella en transformar: la violencia de las mareas.

.f.

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión