Espero,
después de tanto sufrir,
de tanto pensar,
de tanto vociferar maldiciones al aire,
espero,
después de tanto molestar,
que puedas al fin recapacitar.
Entiendo perfectamente,
¿mentira?
¿Para qué engañar a mi mente,
intentando entenderte?
No te entiendo realmente.
Y eso ha de ser
una de las más grandes explicaciones
del porqué quiero creerte,
del porqué quiero quedarme,
impacientemente,
apegado a ti.
Estoy empezando a creer
que esto simplemente
es un acto de mi subconsciente,
que nunca me quisiste realmente.
Y aquí estoy,
intentando defenderte
por acciones que nunca hiciste.
¿Realmente te amo,
o te amé?
¿Me amaste,
o nunca lo hiciste?
Realmente tengo la respuesta,
claramente.
Porque aunque sea brevemente,
sé que me quisiste.
Duró poco o mucho,
pero solo eso bastó
para quedarte eternamente
en mi mente.
Te amo
y siempre lo haré,
conscientemente.
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