Directo a Mercurio

Sé que ocupo
el espacio de alguien
que estuvo aquí antes,
no quisiera saber de sus modos,
ni distinguir su cara
o sus costumbres para dormir.

Soy un animal hambriento
cayendo directo en la trampa
con tal de llenarse la panza,
sé que la invitación
no tenía mi nombre
sé que este sitio
lo ocuparía cualquiera.

Sé que tengo más años en la tierra
buscando lo mismo,
la bitácora científica
de mi dañado empirismo
solo se incrementa
y huyo de los resultados.

Me hago la tonta,
culpo a la niña,
me refugio en la tristeza,
se hielan mis huesos
y corro hacia el depredador.

No puedo contenerme
de corre hacia las flores,
no hay nada en este mundo
que le impida a mi corazón
seguir su olfato.

Una hogaza por un tacto,
un beso por un grano,
una semilla por una palabra,
un poema por una pregunta.

Un cuento por una tarde,
mi poesía por una sonrisa.

Al final la vida
no vale la pena
sin el delirio exquisito
de hacerme presa importuna.