Dios, ¿estás ahí?

Dios, ¿estás ahí?

¿Cómo te puedo sentir?

¿Cómo te puedo escuchar?

¿Cómo te puedo encontrar?

¿Me escuchas?

¿Me ves?

¿Me amas?

¿Cómo puedo llegar hasta ti?

¿Aunque no te vea, no te sienta, ni sepa como acercarme?

¿Aún si me he desviado tanto de la carretera que terminé en el mar?

¿Puedo sentirte si acaso rompi tu confianza?

¿Me amas incluso habiendo dudado de tu existencia?

¿Me has castigado por ello?

¿O me has dejado ser libre?

¿Me has dado para que yo aprenda?

No te has manifestado aun, ¿por qué no he llegado a ese nivel de cercania contigo?

Las preguntas se amontonan en mí

Espero algún día encontrarte Dios.

Y cuando te vea, te pediré desde lo más profundo de mi alma:

Haz que nazca de nuevo.

Haz que mi vida cambie y nadie me abandone.

Haz que mis sueños sean manifestados y que el amor no se me escape de las manos.

Haz que sea capaz de amar a alguien y a otros sin dañarlos.

Haz que cambie por completo el como soy.

Para así nacer, siendo alguien totalmente diferente.

Te juro, Padre, que mis súplicas no han sido contra ti ni contra el prójimo, sino contra la marea que siempre me arrastra.

Han sido contra el propio mal que pude causar sin darme cuenta, a propósito y sin poder evitarlo.

Te he hablado tantas veces padre, que no se si has escuchado mis oraciones.

No sé siquiera si me escuchas, no sé si realmente me estes mirando.

Pero quiero decirte, Padre, que yo en ti todavía creo.

Porque hasta que mi ultimo aliento me sea arrebatado, no dejaré de creer en el Dios en el que siempre he confiado.

He creído estar en tus manos desde niña, y espero, que si estás en todo lo que habita este mundo, sepas que en ti creeré hasta el final de mis días.

Por eso prometo que si veo avance en mí, si veo que puedo cambiar, que puedo crecer y que puedo querer y amar sin dañar, seguiré adelante.

Pero si no logró cambiar y resolver lo que tengo pendiente, Dios, entonces..

Finalmente.

Soltaré la soga.