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Diamantes Falsos

Dalia

Aug 19, 2024

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Diamantes Falsos
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Todo mi cuerpo estaba temblando cuando entré a la fiesta. Había pasado horas maquillándome y había contratado un peluquero para peinarme solo por esta ocasión. Tuve que pedir prestado un vestido negro y pegarle unos diamantes falsos para verme bien. Pasé dos días tratando de que esas pequeñas piedras se vieran reales. Después de tanto esfuerzo, llegó el día.

Esta noche era la fiesta de Celeste, mi mejor amiga. Su reputación la preside; carácter fuerte, amable cuando se despierta de buen humor y despiadada el resto del tiempo. Ella y yo compartimos un grupo compuesto por 11 personas. Toda la vida fueron 10 pero cuando me hice mejor amiga de Celeste, terminamos siendo los que somos. Todo el grupo no había llegado aún, faltaban un par de chicas. Mientras esperaba charlé con un amigo, Martín. Él estuvo todo este tiempo calificando cuál era la isla con mejor comida. Discutimos sobre si la isla de sushi era mejor que la de tacos hasta que vimos llegar a Emilia. No sabría cómo describirla, ella era la mejor amiga de Celeste antes de que yo me uniera al grupo. Nunca fuí muy cercana con ella, era bastante callada y nunca me contaba nada. A su vez, era la persona más carismática del grupo, llevaba la imagen de ser comprensiva y se alejaba de ser problemática. Sin embargo, yo sabía que esa no era realmente ella. Siempre sospeché que tenía otro lado, otra personalidad pero no tengo las pruebas suficientes. Emilia no se acercó a saludarme, pasó al lado mío con la sonrisa característica de ella y fue a hablarle a una parte del grupo.

Eran las 12 y todavía no había visto a Celeste. Fuí a buscarla y choque con una chica que pasaba por ahí, me tiró toda su bebida en mis diamantes. Temía que pronto se despegaran. Corrí al baño a secarme. Por más de que traté, un diamante se soltó, por suerte era uno del extremo, su ausencia no era notoria. Lo guardé en mi cartera y volví a la fiesta.

Por fin encontré a Celeste… y a su lado estaba Emilia.

-Celes, vamos a pasear? Pasaron muchas cosas

-¿Podemos hablar después? Tengo que irme con Emilia. -

-Pero arreglamos que-

-No seas intensa. Después hablamos.- Me cortó Celes

Mi sonrisa se desvaneció al instante. Desde que empezamos en el colegio, Celeste y yo volvíamos a nuestras casas por la misma Avenida. Cada día era una charla diferente. Los últimos caminos fueron los más callados, tal vez no había tema… tiene sentido porque nos vemos todos los días ¿De qué cosa nueva podríamos hablar? Y Celeste me lo decía. “¿Por qué nunca hablas? Te voy a poner una configuración de respuesta automática o algo” Escuchar eso la primera vez fue irreal. No tenía sentido. Me auto consideraba una persona social, cada tanto cuento algo de mi vida pero no hago mucho. No soy una persona interesante. O por lo menos no para ella. ¿Qué espera que le cuente? Sigo pensando que tal vez fue una semana complicada, tuvimos muchas cosas que hacer y había mucho estrés en el ambiente. Sin embargo, esperé que esa noche cambiara en algo el ambiente.

Me resigné a buscar a Martín entre tanta gente. Un borracho se acercó a ofrecerme un trago, decliné pero siguió insistiendo. No me dedico a tomar pero con la noche que tuve no me vino mal algo para olvidar. Fuimos a la barra, pedimos algo y empezamos a hablar. El chico borracho se llamaba Lucas, odiaba a Celeste pero no le impidió colarse a su fiesta para tener un lugar donde cenar esta noche.

-¿Cómo la estás pasando? - Él fue el primero en romper el hielo. No sabría por cuánto tiempo podría hablar con él hasta que alguien notara su presencia.

-Bien.

-El hielo de esta bebida tiene más tacto… - Hizo una mueca de disgusto pero aún así siguió sentado.

Desde que escuché hablar sobre Lucas por primera vez supe que no era alguien amable. Por lo menos no disfrazaba sus pensamientos, si algo le molestaba lo decía. Los 11 no lo querían. Una vez a la salida del colegio Lucas y Martín tuvieron una pelea. Martín iba perdiendo cuando se metieron otros chicos a defenderlo. Lucas no volvió a dirigirle una palabra a él. Me sorprende que haya tomado valor para estar en una fiesta donde no es aceptado.

-¿Cómo llegaste a colarte? Si Celeste te ve ya sabes cómo va a terminar tu noche.

-A diferencia de todos en este lugar, yo no le tengo miedo a Celeste. ¿Qué va a hacer? ¿Sacarme? ¿Pegarme? Mira…. ¿Cómo dijiste que te llamabas?

-Dalia

-Dalia… Un nombre interesante.. No es muy común en este país

-Ya lo sé.

-Bueno, Dalia, quiero que esta noche aprendas una cosa; Celeste tiene dos lados, como cada uno de los 10 -

-Los 11. Somos 11

-¿Somos? ¿Crees que perteneces?

-No lo creo. Pertenezco entre ellos.

-Si elegís creer eso… Bueno, si querés seguir en esa extraña y elitista comunidad, tenés que ser doble cara.

-Naturalmente

-No, no como todos. Nosotros podemos llegar a tener buenos y malos días, dónde a veces no tenemos ganas de sonreír, pero no por eso los maltratamos. Celeste y compañía tienen otra clase de días.

-¿Cómo cuáles?

-Sus días se dividen en 3; malos, pésimos y egoístas. En sus días malos tratan mal a la gente que no conocen, en sus días pésimos critican a alguien del grupo cuando no está en la ronda, por más de que actúen como si se amaran. Suben posteos como “Sanar es el mejor proceso” Ni que hubieran salido de rehabilitación. - Contuve todas mis ganas de reírme en ese momento.- Sigo.. por último, en sus días egoístas solo piensan en ellos y se sabotean entre sí.

-No es verdad. Por lo menos Celeste es buena persona, solo estás inventando cosas por su reputación.

-Creeme, sé muy bien de lo que hablo.

-Yo creo que sos un idiota más. - Me bajé del asiento y me estaba yendo cuando él agarró mi brazo - ¡Soltame!

-Te voy a contar algo que te hará creerme.

Su tono había cambiado, ya no parecía una persona ebria. En un instante su imagen se transformó en alguien sobrio. Lento fuí a sentarme, sin quitar mi vista de sus ojos.

-Adelante - Dije. Me estaba preparando para escuchar la mentira mejor armada o la verdad más dolorosa.

-Yo formé parte de ese grupete al cuál crees que perteneces.

-Te repito, no lo creo, pertenezco.

-Eso dicen todos los número 11. Sí, vos sos la onceava, la que sobra.

-No puedo sobrar, tengo una dupla.

-Celeste, no? Su dupla no es Emilia?

-Lo era, ahora me tiene a mí.

-Que ilusa. Emilia siempre será la dupla de Celeste. Nacieron para estar juntas. Pensalo, sus madres son amigas, se van de vacaciones juntas, todas las tardes Emilia va a la casa de Celeste. ¿Qué te hace pensar que ella es tu dupla? ¿Que ella lo dijo? No te comas el verso.

-No me estoy comiendo nada. Podrías ser un poco más respetuoso, no sabes nada.

-No? ¿Por qué no estás con Celeste ahora mismo?

-Tenía que hablar con Emilia..... - Me sentí la persona más idiota en ese momento.

-¿Entendiste mi punto?

-Agarré mi bebida y la tomé entera en un solo trago.

-¿Fuiste parte de los 11?

-Si, hace unos años. Vos aún no habías entrado al colegio. Cuando yo estaba, todos los días había una pelea diferente. Tal se quejaba de tal porque era gorda. Tal se peleaba con tal porque se chamuyó al que le gustaba. Ahora que están en el último año se hacen los mejores amigos, que sanaron todos los problemas que tenían. No les creo nada. Es más, ahora mismo que no estás con ellos, deben estar diciendo algo sobre tus diamantes falsos.

-No son falsos - Respondí en automático.

-¿Crees que soy un amateur? Yo también tenía prendas de imitación y las hacía pasar por originales. Nosotros tenemos una realidad diferente a la de ellos. Mira a tu alrededor. Ellos siempre van a pertenecer a este mundo sin intentarlo. Nosotros tenemos que sacrificarnos para adaptarnos. - Terminó de hablar y tomó un poco de su trago. Pedimos otra ronda. Sería una larga noche.

-Y qué pasó? - Pregunté

-¿Con qué?

-¿Por qué no sos más el 11?

-No fuí más útil.

-¿Útil para qué?

-Para lo que ellos quisieran. Vos también tenés una utilidad, una ventaja para ellos. Cuando le convienes te van a introducir a su mundo, hagalarte, hacerte sentir que eres uno más de ellos. Al momento en el cuál no tienes más utilidad, te clavan un puñal por la espalda y te ven como un traicionero.

-Y si simplemente les caigo bien?

-Llevas diamantes falsos, esa es suficiente información para determinar que no le caerías bien por lo que sos sin tu ventaja.

-No creo tener algún beneficio para ellos.

-Pensa en las conversaciones, cuál es la más común?

-Criticar a alguien.

-¿Un alguien relacionado con vos?

-Más o menos

-¿Le das información sobre ese alguien?

Me quedé callada. No podía ser posible que me utilizaran para conseguir información. No tenía sentido, era demasiado absurdo.

-Creo que eso responde a tus dudas. - Concluyó nuestra conversación - Una última cosa antes de que seguridad sepa que me colé, no sigas al líder que te va a envenenar. - Antes de irse, me tiró un beso.

Celeste llegó y me agarró del brazo.

-¿Qué hacías hablando con ese? - Gritó.

-No estaba hablando con él.

-Te acaba de dar un beso.

-No fue nada. Él está borracho.

-No le vuelvas a hablar.

-¿Qué tiene?

-Si le hablas a él, te vas a quedar sola. ¿No ves que él no tiene a nadie? Es más, ni siquiera estaba invitado.

-Está bien, vayamos por comida.

-Ya comí con el grupo. Ahora nos vamos al after.

-¿Dónde es?

-No creo que estés invitada. - La dulce sonrisa de Celeste se transformó en maligna. Estaba disfrutando mi sufrimiento. - Pero por lo menos podés seguir tomando unos tragos con ese que estabas hablando... afuera de mi fiesta.

-¿Cómo?

-Celeste se fue. Traté de seguirla pero pretendió que nada estaba pasando, que yo no existía. Una rabia irracional recorrió mis venas. Odio seguir a alguien. ¿Acaso soy un perro siguiendo a su dueño? Quería romperlo todo. Toda esta fiesta tendría que explotar… pero la realidad es que la única que iba a colapsar sería yo.

Mientras caminaba crucé un espejo. Me detuve a verme pero sólo veía una mancha negra enorme. ¿Dónde quedé? No sé de quién es este reflejo. En ese momento me dí cuenta de lo que hablaba Lucas. Yo no pertenecía allí. Me convertí en algo irreconocible, traicioné mi identidad para agradarles. Traté de encajar en este mundo el cuál no es ni será para mí. Todos son igual de falsos que mis diamantes.

Dalia

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