Día D.

Empeñarse en ser el rey.

Uno, que no tiene contactos con la delincuencia, mucho menos con la de altos vuelos, se deja llevar por el imaginario, por las películas, para analizar esas lejanías.

Y me cuesta entender el empeño en tener lo máximo posible.

De dinero hablo. De riquezas.

¿Ustedes no han visto el denodado esfuerzo? ¿No han visto las constantes preocupaciones?

Los problemas son diarios y de un calado nada menor. La vida va en una decisión: "Acabad con él. Que parezca un accidente".

Ser delincuente es un muy mal trabajo.

Otra cosa es ser político corrupto (delincuente más cobarde que aquel que atraca a una anciana). Quizás eso no sea tan trabajoso, aunque no dudo que también tenga sus servilismos diarios.

Y sus majestades. La delincuencia en ellos viene de herencia, porque, papeles y convenciones sociales al margen, lo de ser rey sustituyendo al rey que heredó al dictador, tiene todo el marchamo de falta de decencia. Pero digo de lo extraño del interés en ser algo tan trabajoso. Todo es alarde y postureo. Palabras vacías, medias verdades, silencios y, si no hay más remedio, mentiras descabelladas: "Me he equivocado. Lo siento, no volverá a suceder" dijo un día el emérito, como si aquella falta hubiera sido una ocasión extraordinaria.

No sé si hay más seres eméritos en España, por cierto.

En fin, que según lo veo, el crimen no compensa, aunque no dudo que debe estar lleno de satisfacciones. Juegos de tronos.

Me quedo con la piedra en la ladera.

...

Hoy es uno de esos días.

Tener una Consti en Alcalá.

Aquellos que la negaron en principio, hoy se muestran como si fueran sus máximos valedores. Así, la pobre no tiene quien la mejore.

Mejorarla se debería querer y poder, pero quienes la repudiaron cuando recién nacida, se niegan a que tenga algún ropaje nuevo, algún peinado distinto.

Se la pasan por el forro esas gentes en una desvergonzada muestra de suprema hipocresía (véase lo del CGPJ), y la usan como piedras para sus tirachinas. Catapultas usan, cada día.

Así, hacen con ese libro y lo que contiene, como hacen con lo de la patria y la bandera, y con la Biblia, usarlas a conveniencia propia y nunca en favor del Pueblo.

Los artículos que no les gustan, como eso de que toda la riqueza de la nación está subordinada al interés general (art 128), los olvidan, y solo tienen para sí un concepto vago y difuso de lo que significa ser constitucionalista.

La patria es el refugio de su privilegio, pero si pueden evitar pagar impuestos y hay que tributar en Andorra, van los primeros.

La bandera es su marca de calidad. Así se reconocen y con ella marcan a los borregos del Pueblo.

Celebrar la Constitución es como celebrar haber ganado tras sufrir una derrota.

Con solo que haya una persona sin casa donde refugiarse, es hacernos trampas.

Con solo que haya una persona explotada laboralmente, es hacernos trampas.

Con solo que haya una persona mayor con una pensión insuficiente, es hacernos trampas.

Hoy celebramos una utopía como si fuera una realidad.

Como cada misa.

Y, ¿Qué tiene de malo Oklahoma?

Hoy es el día que es.

Esta celebración del guijarro que las derechas tiran a las izquierdas es como celebrar el día del botijo.

La Constitución se incumple constantemente y siempre contra la parte contratante más desfavorecida. Y sucede que son los más empecinados en su incumplimiento quienes más alardean de ser sus defensores.

El asunto es fácil de ver y así, con sencillez, debería ser expuesto, pero ese no periodismo que atenta contra el pueblo, barniza lo que quiere y lija lo que le da la gana.

No, no es una mala Constitución tal cual está escrita, pero, como es interpretable y además no importa no cumplirla, se queda en el agua esa de las borrajas.

Tampoco estaría mal darle un repaso, porque todo envejece y es bueno hacer algo que renueve y dé brillo y esplendor a eso de tanta enjundia que es la base del modo de conducirse en una sociedad.

Eso de que sea intocable es como pretender que las familias siguieran teniendo el gorrino en la corte (sin doble sentido).

En fin, que feliz cumpleaños.