Intenté arreglar las cosas, quería retractarme de lo que hice, realmente quería hacerlo. Pero al leer “tú me terminaste”, “no hay nada que pensar, quedó ahí”, rompí en llanto y supe que todo había terminado.
Lloré, lloré demasiado hasta perder la noción del tiempo, hasta ver mis ojos hinchados y adoloridos, hasta que mi cuerpo colapsó y todo me dolía... El dolor físico era insoportable y más fuerte aún era el dolor emocional.
Recuerdo que fui a la habitación, a oscuras, y seguí llorando hasta quedarme dormida... Realmente no quería despertarme, no quería despertar sabiendo que lo nuestro había llegado a su fin.
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