¿Cómo es posible que afectes mareas si yo te veo tan inquieta como una mota de polvo en el mueble de una casa abandonada?
¿Cómo es posible conocer tu otra cara cuando la ocultás con la mitad del mundo?
Probablemente seas una ilusión de mi cabeza, pero hay mucha gente que cree con firmeza en el poder de tu danza.
¿Cómo confirmar con certeza que no sos algo lejano que algún hombre pisó a miles de kilómetros, sino que estás acá cerca, merodeando ventanas ajenas?
¿Por qué he de ser yo quien cuestiona el universo y no vos?
¿Por qué tiene más sentido todo lo que conlleva ser un humano que un pedazo de piedra flotando en un cielo totalmente abarrotado?
¡Quedate quieta, no te muevas!
Que el mar se está llevando lo que le hemos robado
y, si es así, tendremos que irnos muy lejos.
Lejos, donde este no se atreva a quitarnos nada.
Quizás… nos refugiemos en el cráter de un satelite
que sale de noche en Australia
y aparece aquí rondando de día,
avisando que se aproxima la oscuridad del velo
que solo corremos cuando queremos huir.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión