He sentido cómo me desvanezco entre grandes figuras, cómo el fervor constante que en otro tiempo habitó mi alma se ha rendido lentamente, vencida por inmerecidas sacudidas que han cultivado una insufrible pesadez en lo más profundo de mi carne. Cual cándido neófito he permitido y entregado cuerpo y sudor para complacer tus bajas pasiones, saciar tu alma de sátiro y tomar provecho de mi mente libertina a cambio de tu pasividad indolente, en la que he escarbado sin descanso en busca de una pizca de deseo genuino, de la calidez que de forma desalmada me has arrebatado.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión