Destrucción... Pero solo en su justa medida

Creo que, en algún momento, hace poco alguien me preguntó sobre si había amado o no, yo contesté con un seco “Quizás” sin dar mucha más explicación pero, ahora, pensándolo mejor… Creo que pensaría algo cómo:

Hace algún tiempo tuve a esta mujer que realmente me hizo el mundo menos mundo y más cielo que otra cosa… En ella estaba todo lo que significaba yo y lo que quería significar. Mis días junto con mis noches consistían en admirar su belleza, personalidad y cariño desde diferentes perspectivas, ángulos o lados pero siempre con maravilla de por medio y, aunque nunca llegamos a ningún lado por diversos motivos, todavía recuerdo todo eso con nostalgia. Podrías decir que me sirve de consuelo sobre ciertas cosas.

¿La razón de mí flaqueza amorosa? Insuficiencia y, quizás, cobardía. Desde mí punto de vista, el problema fue que no tenía ni tuve nunca alguna posibilidad, ni una, cero. En aquel entonces nos veíamos habitualmente pero con propósitos claros y sin segundas intenciones, era una relación casi formal de la que brotaban casualmente momentos de familiaridad y, casi, amistad. Fue simplemente una tontería, un sinsentido, una estupidez del corazón que me estaba engañando y llevándome por un camino incorrecto... Ella era demasiado para mí en todos los aspectos, cariñosa, hermosa, amable, comprensiva, casi una ninfa fuera de este mundo pero con un corazón más humano que el de cualquiera pero no era mío ese corazón y nunca lo sería, lamentablemente.

En ese momento me di cuenta de que no quería lastimarla y que, ni por un segundo, funcionaría ya que ella tendría que arriesgarlo todo para satisfacer mi deseo egoísta de poseerla, ella lo daría todo y yo no daría nada. Era demasiado tabú como para exigir algo menos que un todo o nada… Pero yo no quería eso para ella. No.

Sería algo injusto, egoísta y completamente horrible para ella, incluso si ella aceptara, yo no podía ni quería hacerle eso…

Ella merecía algo mejor que ser un sacrificio, por ello nunca le confesé mis sentimientos para no lastimarla de ninguna manera, no es que me subestime pero realmente no merecía su cariño ni su amor. No merecía que tirara toda su vida por la ventana o que ponga su mano en el fuego por mí, simplemente no funciona de esa manera y estaba buscando algo que ella no podía ni debía ofrecerme, por eso decidí que quedarme en silencio sería lo mejor para los dos puesto que sin combustible no hay fuego del que hablar, verdad? Supe que la olvidaría, espero que para mejor… ?

A día de hoy me arropo en sueños con su recuerdo y me sirve de respiro el pensar que, tal vez, alguna vez le habré hecho olvidar de un mal rato o le he sacado una risa cuando lo necesitaba y que fui, aunque sea un instante, diferente para ella… Que, yo, pasé por su mente alguna vez…