Quizás mi destino ha estado siempre escrito en las estrellas
Marcado por el legandario devenir de galaxias y anhelos que iban devorando toda esa energía sublime
Una estela de luz que fanfarronea de su eternidad declarando lo eterno y lo divino
Como algo único, tangible
Lo indoblegable bajo el amparo de unos dioses veleidosos y vencidos por el saber humano
Quizás nunca he querido ver
Ni buscar
ese horizonte maldito
Ni sentir
esa estocada salvadora
Estoy seguro que nunca mi destino será como el de Eneas
Ni tan dorado
Ni tan vehemente
porque para mí fundar no estaba señalado
Tampoco tendría una Dido entregada al fuego implorando odio y rivalidades humanas
Quizás el Virgilio que vive en mi
/En las manos que aún me saben aludir
En esta escafandra de piel y huesos que me socorre de los elementos
En mi voz que se agiganta bajo la permanente lluvia en la cornisa
Esa lluvia como agua bendita de otras épocas/
Sepa pretender que consigue llegar a alguna parte
Y nunca sabrá decorar una historia similar
Ni mi vida
Ni mi destino será marcado para permanecer
Para postrarse a la incertidumbre de las estrellas
Al atávico sendero
de estos seres que somos
Y que nada tenemos que perder.

Yom Hernández
Aquí un licenciado en Historia, loco por la literatura que lee y escribe pertinazmente. Padre de tres libros publicados por Ed Atlantis, Ed Adarve, Ed Cuadranta.
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