No me castigo ya,
por haber amado.
De a poco, la herida aprende a dormirse sin llorar.
Lo más profundo de mi alma fue suyo.
Su dolor fue mío.
Y lo sentí:
completamente humano
y niño.
Lo vi.
Lo tuve enfrente y temblaba,
le di mi palabra y mi amor.
Me desnudé ante él
con un cuerpo desarmado,
me mostré herida
para que viera que ambos éramos vulnerables.
Y se fue.
⸻
No busco alguien que me salve.
Ni que me comprenda del todo.
Solo deseo que no huya
quien vea en mi sensibilidad
un tesoro,
no un desafío.
Que se quede,
no para llenarme,
sino para habitar conmigo
lo que ya soy.
Que se sienta en casa en mi profundidad,
que no tema mis silencios,
ni mis aguas quietas o turbulentas.
Alguien que no escape
cuando me abra,
cuando me tiemble la voz,
cuando le diga:
“yo también tengo miedo, pero me quedo”.
No quiero urgencias.
Solo una presencia real,
que sepa leer mi amor
como lo que es:
una forma de coraje.
Que no huya.
Porque esta vez,
quien se quede,
será visto como nunca.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión