I.
una voz bajo las sábanas es la que me
susurra, como una plegaria de que
mi arma baje y mi tacto suavice
por el (tan solo por el)
II.
sin embargo en las noches
te siento llegar, sentado / postrado
o mas bien montado en aquel
pudiendo pedestal que tu inicial
ha de llevar.
III.
y mi boca
(penosa)
idiota y sedienta pide por
más : «un trozo» llega a murmurar
«un bocado que logre apaciguar
la humedad que debajo de
mis pétalos se comienza a
crear»
IV.
vos, hombre de mal
insulso a la hora de provocar
que te pensas que con un solo
roce podes hacer que tu
locura se logre apagar.
V.
tus falanges en mi cabello
hacen de mi cordura un
manantial mientras que tus
nudillos abrazan mi final
y tu lengua, desvergonzada
pero paciente en mi piel
se convierte en brasa.
VI.
/ te diría que quema, me duele
mas no te permito que cese /
porque yo, dichosa mujer
sin simpatía o rencor soy solo
capaz de llorar por un orgasmo
donde solo tu me puedas
sobre-estimular.
VII.
te bebo, tomo y degusto
con lentitud por más de
que tus mandatos me pidan
«apurate, muevete que no
lo soporto ya» pero no ves
que es de mala educación
a una mujer sobreestimar.
porque
cariño mio, mi mano
no se quiere levantar.
VIII.
entre la violencia y el placer,
un quehacer y un tal vez;
quizás. nadie sabe en verdad.
que yo soy la única
que tus brotes puede cortar.
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