Es un lugar de completo e infinito espacio
Donde puedo respirar calmada
Cuando a la medianoche me distraigo de dónde estoy
Te miro
Te veo
Tan esplendoroso cable a tierra
Cuán unificadora en mi tu presencia
Cuán amable lo tuyo de recibirme
Cuánto rezo por no cerrar los ojos, no dormir, deslizarse en las horas, verte amanecer así
Amada sostenida por -en- mis brazos, mi suspiro, mi cuerpo entero
Eso que intento sean minutos sino horas, la vigilia por no perderme de vernos juntas, son solo dos segundos
Y es que inundada en semejante calidez quién no sentiría la necesidad urgente, propia del pertenecer, de quedarse
Dormidas, despertando, juntas
Permanentes en mí, nosotras, ahora, en esta claridad de esos segundos de admirarte, y siempre.
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