¿Qué hago con este deseo que se me disipa de las yemas y me envuelve en estado gaseoso?
¿Qué hago con esa arrogancia tuya que colma cada intersticio entre conversaciones que no me importan?
No puedo seguir tejiendo sola, por favor, rescatame un poco. Ya ves que no soy propensa a rendirme, aunque rechaces mis intentos delicados por generar casualidad. Opto entonces por el desprecio, humillarte en público (y con razón), ignorar tu existencia expansiva en contra de cualquier voluntad. Me convierto en aislante de toda esa vibración magnética que emana de tu lengua. Soy un animal cansado, pero coherente.
No hay tantas puertas de emergencia asi que te pido un favor y solo uno: suplicale a tu ego de una vez y para siempre que pare de tirotearme con versos de cariño, sigo siendo inocente y me confundo, que frene toda esa pulsión erótica que te nace por naturaleza y esos besos en la frente que al principio anhelaba y ahora detesto porque no terminan descendiendo por mi cuello.
Por mi parte, fingiré desinterés, mientras te miro desde la distancia como siempre lo hice, premeditando formas de lo mas angulosas para desaparecer(te)
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión