Me enfurece esta avaricia miserable y abusiva que anhela dañar tus entrañas mientras mi alma se pudre. Cada vez que te veo con otra persona, siento un fuego ardiente en mi corazón y me asaltan pensamientos de posesión y control. No puedo soportar la idea de que alguien más ocupe el lugar que debería ser solo mío en tu corazón.
Me consume una ira feroz y una frustración incontrolable al pensar en la posibilidad de que alguien más pueda disfrutar de tu amor y atención. Me siento como si estuviera atrapada en un tango siniestro con la inconfesable emoción de alimentar ese deseo oscuro de corromperte.
Cada movimiento está lleno de pasión y anhelo, pero también de una sed implacable por destruir cualquier conexión que no sea la nuestra. Me siento atraída por esta perversión emocional, deseando con todas mis fuerzas que tus costillas se fracturen cada vez que intentas darle refugio a otro cuerpo en tu pecho que no sea el mío. En este baile peligroso y oscuro, soy una marioneta en manos del deseo más intenso y destructivo por ti.
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