Necesito verte,
ver tu coreografía mientras te escucho hablar de miles de cosas;
tus pausas, tus mejillas sonrosadas, tu pelo oscuro e inquieto.
Prestar atención al ritmo de tu respiración, a como aumentas tu volumen para dar mayor énfasis,
así como también susurras cuando algo te da un poco de vergüenza.
Tu melodía inocente me llega con sigilo,
pareciendo que quiere hurtar a escondidas,
o quizás robarme el corazón sin sentido
—porque ya es tuyo, en primer lugar—
y logras encantame, enmagizarme,
en tu pureza refugiarme,
reflejas tu forma de ser y la compartis conmigo,
yo solo puedo quedarme admirando tu luminosidad.
Mientras te piense y me pienses,
vamos a seguir juntos,
traspasando toda distancia,
resuena tu voz como si vieramos la misma estrella fugaz,
y mi deseo ya se cumplió,
por vos.
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