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    Desentierro y cenizas.

    lu

    Jan 1, 2025

    74
    Nuevo concurso literario en quaderno

    Sin importar cuántos kilómetros camine parece que mi sombra se convirtió en tu recuerdo. Me acostumbré con el tiempo a convivir con ello. Al principio deseé convertirme en el primer ser humano sin sombra, luego deseé que el sol dejara de alumbrarme y al final no quise salir más de casa para no tener que verte pero incluso ahí había luz, así que terminé apagando todas las luces para vivir en la oscuridad.

    Mi enojo se convirtió en otro número más del montón donde mi amor se escondió por unos momentos y creció nuevamente la culpa.

    Tengo que vivir con eso y un fantasma que, en vez de asustarme, parece disfrutar de señalarme los cadáveres que enterré en lo más profundo. Me hace revisar bajo la alfombra para asegurarme que no están ahí, que ahora están enterrados en mi patio y que ya no soy una nena chiquita que oculta todo bajo la alfombra o en la basura.

    Y si te hubieses quedado en lo más profundo de mi armario como una prenda vieja que amé, pero que ya no me queda y no quiero usar, tal vez todo esto se podría haber evitando. Si no te preocupabas de mis desgracias y yo no desarrollaba seguridad con la que me dabas, nunca tendrías que conocer a una de mis peores versiones, nunca te habría matado y no te habrías convertido en otro cadáver más del montón. Me encariñé y me aferré a vos, ingenua como lo he sido la mayor parte de mi vida al estar sola. No tomé clases, no tuve un manual, no tuve una voz de la experiencia que me enseñe cómo hacerlo, siquiera estaba interesada en algún ámbito así y al final probablemente es un revoltijo de culpa compartida entre mi alrededor que, no puedo resentir, ni sé cómo hacerlo. No entendía las emociones, ni los sentimientos ajenos, todo lo que existía para mí era el saber complacer a la gente porque eso me daba valor en este mundo y yo quise ser tan valiosa como cualquier otro. Sin embargo me demostraste que llegar temprano y esforzarse te podría convertir en el primero en la fila, una fila donde si era primera o última no me importaba hasta que apareciste y por primera vez llegar temprano tendría sentido. No reconocía que eso estaba bien porque nada conmigo o en mi vida estaba bien aparte de mis pocos intereses o gustos personales.

    Me paso noches contadas en el calendario preguntándome porqué abriste una caja vieja, rota y olvidada, supongo que tu papá crió una chica curiosa y aventurera a todo hasta que te topaste con algo que te dió miedo y te arrancó partes tuyas. Te las devuelvo porque mi papá crió a una chica amable que, si algo no le pertenece, se debe dar de regreso. Todo lo que me diste es tuyo y no quiero que sea mío, ni hoy, ni mañana, ni en un futuro. En aquellos momentos lo deseé, desobedecí, rompí reglas y pasé líneas, pero desde que te conocí el mundo se dió vuelta. Nada tiene sentido a la par de que sí, todo se derrumba y te querías convertir en una heroína de una persona que en el fondo por más que lo buscaba, no entendía lo que es ser salvada.

    Aprendí a vivir con las heridas mal curadas, en la incertidumbre de tu silencio y en la seguridad de tu presencia, sobretodo de tu amor más genuino que cualquier diamante que habré visto en mi corta vida.

    Una espina que dolía al principio y se terminó volviendo una parte más de mi piel. Existir con el dolor era más fácil que llorar y gritar por quitarla o porque me gustaba tener aunque sea algo tuyo conmigo, algo más que un vaso de pepsi, el queso cheddar que se volvió uno de mis favoritos y relacionarte con letras de canciones o el amor por los gatos y el planeta Venus.

    Nunca fuí, ni seré fanática en meterme en la libertad ajena. Soy experta en arrasar con todo y si tu libertad se vió envuelta en ese torbellino, me habría encantado reconstruir algo mejor sabiendo que ni siquiera sabía dónde estaba parada. Los pilares tiemblan, el piso no es uniforme y los ladrillos están rotos. Está bien rendirse, no está mal quedarse afuera de todo, cambiar de materiales y construir algo mucho mejor lejos de esta tormenta que aparenta ser infinita.

    Los pedazos que buscas, no los tengo y ojalá los tuviera para devolverte todo porque nada de esto es mío, no quiero algo que no sea mío.

    Papá dice muchas cosas, mis pensamientos vagan en el miedo otra vez, pero únicamente rescato su sonrisa y comentario que si vas a ser una cantante o dedicarte a la música, puede haber probabilidades de que algún día te voy a escuchar en la radio de su auto y yo sólo sé que, lo va a disfrutar mientras coexisto con que ya no hay nada que nos una, aparte de los recuerdos compartidos en estos años.

    lu

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