desde que las personas
más importantes de mi vida
ya no están,
el mundo se volvió
un lugar lejano.
cambió de forma.
se volvió otro.
uno que no entiendo,
uno que no quiero,
uno que ya no reconozco.
no hay gesto que me alcance,
ni abrazo que dure lo suficiente.
todo lo demás es ruido,
ausencia disfrazada de rutina.
ahora el mundo
es un lugar extraño,
como la casa que habito
tan ajena,
donde nadie me espera nunca.
quienes me amarían toda la vida
sin preguntas,
sin condiciones,
ya no existen.
no hay más brazos donde caer
ni voces que me digan
todo va a estar bien.
cuando se fueron,
todo lo demás se volvió decorado.
fondo.
ruido.
ahora,
las cosas siguen pasando,
pero no para mí.
me visto,
salgo,
respondo mensajes,
me río.
pero no estoy.
desde que se fueron,
todo es hostil:
la mesa,
el colectivo,
la noche,
yo.
me habito como puedo,
como quien duerme
en una casa vacía
y no enciende la luz
porque no tiene sentido.
desde que se fueron,
nada volvió a tener
nombre.
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Cielo Hochberg
No sé por qué siempre que escribo termino hablando de ausencias, de muerte y de amor. Será que quizás son las únicas formas de vida que conozco.
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