DESCRIPCIÓN DE UN SUEÑO

                           DESCRIPCIÓN DE UN SUEÑO

Otra vez el mismo sueño… El laberinto me recibe con su lúgubre oscuridad de siglos. Irregulares pasadizos surgen desde un espacio circular y se bifurcan hacia todas direcciones. Por instinto, ingreso al que supongo es el más seguro.

Al avanzar, la oscuridad, generosa, me permite distinguir las salientes terrosas del pasadizo. No siento miedo porque estoy consciente que esto es un sueño. Me siento cómodo y seguro aquí. Me siento bien… ¿por qué no hay nadie?

Continúo la marcha procurando no pisar en falso y caer en un oculto barranco. Paulatinamente, la oscuridad cede a la claridad, que termina de imponerse al desembocar en una gigantesca bóveda iluminada por la luz que se cuela por las fisuras del techo.

El lugar es bello… bello e irreal: miles de ojos transparentes flotan sobre un oscuro lago central, como las nubes que vuelan a baja altura sobre el mar. Al fondo, un bosque de árboles fosforescentes que abrigan cientos de ángeles con grandes y plumosas alas, y que ahora se acercan volando. Sus voces suenan como ecos plateados, repitiendo, una y otra vez, aquella palabra desconocida por mí.

De pronto despierto entre blancas columnas, mientras poderosas nubes cambian a cada momento de forma. Desde mi sitial, observo todo lo que ha sucedido, lo que sucede y lo que sucederá. Ahora, los ángeles cantan loas y me miran sonriendo. 

Entonces despierto realmente. Y al pisar con mis patas espinosas la tierra húmeda, veo con alivio que de nuevo estoy en el hormiguero.