Pies fatigados de caminar este bucle
no soportan ya el peso de un muerto
no soportan ya este suelo cubierto de lamentos
lamentos de vidrio roto que se bañan en sangre
Sobre ellos: las piernas más torpes
cada segundo más incapaces de arrastrarse
con sus rodillas crujientes
de huesos podridos y músculos oxidados
Descomposición constante
de un cuerpo caducado desde el nacer
Hogar, lugar donde el tiempo dejó de transitar
y se internó en cada cigarrillo
por culpa de su perdida de cordura
Cada cigarrillo un abandono
un pedacito de mi blanca alma fugándose
con la niebla que dibujo
con mi birome de labios
El pecho donde se oculta mi vida
el crepúsculo de mi ser
donde corre y rebota sinfín
todo acontecimiento
que la soledad no permite que vea la luz
Espalda desentendida de formas
maleable por cada mano del malestar
espalda destrozada, incomoda, incapaz
Atados a ella: los brazos más inútiles
sin fuerza alguna para tirar otro manotazo de ahogado
consumidos, con la única voluntad de escribir
La despedida
que pide a gritos
este corazón deshidratado
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