Derribando Mitos sobre la Salud Mental

Antes de comenzar con este artículo, me parece fundamental que definamos qué es la salud mental. En este marco, la Organización Mundial de la Salud la define como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.

Ahora bien, en el camino hacia una sociedad más informada y empática, es crucial abordar y desmentir mitos comunes sobre la salud mental. Entre ellos, se encuentra la creencia errónea de que los antidepresivos por sí solos curan la depresión, la idea de que la adicción es simplemente una falta de fuerza de voluntad, y el mito de que los ataques de pánico pueden ser mortales. También es un error pensar que solo las mujeres sufren trastornos alimentarios o que los niños no experimentan problemas de salud mental.

Un punto importante a destacar es que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino todo lo contrario. Reconocer que se necesita apoyo profesional y buscarlo activamente es una muestra de fortaleza y un paso esencial hacia la recuperación. Desafortunadamente, la sociedad a menudo perpetúa la idea de que acudir a terapia es solo para quienes son débiles o no tienen amigos, cuando en realidad, la terapia ofrece un espacio profesional y objetivo para el tratamiento y el apoyo.

Los trastornos de salud mental no discriminan y pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género, o estatus social. La salud mental es un aspecto crucial de nuestro bienestar general, y es esencial que continuemos educando y sensibilizando a la población para combatir el estigma y fomentar un ambiente de apoyo y comprensión.