Demasiado sencillo.

...

¿ES PECADO LA LEY?

Ya me he acostumbrado al hedor del miedo. Siempre aparece cuando apunto a alguien con mi Glock 17, una reliquia heredada de mi tío abuelo "Ronin el sin cuajo". Nunca supe por qué ese seudónimo. Rancio, como él mismo. Murió como mueren los malnacidos. En eso estoy yo ahora.

Ese piel de mugre (un puto policía), ha hecho esto. Muy bien. Lo respeto por ello, pero no deja de ser un esclavo del sistema, un vendido al Poder, un enemigo del Pueblo. Y, encima, un delincuente peor que yo, pues lo mío es desde la honradez del ladrón que no finge ser honrado. Lo suyo...

Me voy de lo que quiero contar y dispongo de muy poco tiempo.

Tengo miedo. Me huelo. Está vez, nada tiene que ver mi Glock 17.

Sé que esa basura ha enviado a la jauría a por mí y ya no hay escapatoria. Es extraño, yo siempre he encontrado una salida. Pero hoy...

Me ha atraído a una trampa y he caído como un ingenuo ratón.

Yo solo debía acceder a la caja de seguridad 328. Coger el collar de diamantes y cambiarlo por una falsificación. Tenía los documentos necesarios y no debía haber ningún problema.

Demasiado sencillo.

Mientras yo hacía mi parte, él, con unos cuantos socios, todos con máscaras de presentadores de telediarios, ha secuestrado al personal. Los han atado y amordazado. Con el teléfono de uno de los clientes han enviado un mensaje a un contacto aleatorio:

"Estoy en el banco. Ha entrado un hombre armado y rodeado de explosivos... dice que nadie va a salir... sonido de disparo". Ahí se cortaba la comunicación.

Lo sé porque el muy... me lo ha contado, orgulloso, antes de largarse con su gente. Los malos hablan mucho.

Me ha dejado con un chaleco explosivo que, según ha dicho, sincronizado con los que ha colocado a varios de los secuestrados que ha encerrado en la cámara acorazada, acabará con todo el edificio. Son seis plantas de oficinas. Llenas de gente trabajando.

Y no veo el modo de solucionar esto.

Por supuesto, ese policía y sus cómplices, se han llevado el collar y todo lo que han encontrado.

Un golpe bien pensado, muy productivo, pero innecesariamente despiadado.

Acabar conmigo, es la guinda.

Yo sé demasiado.

Oigo las sirenas. La policía tiende a ser muy poco discreta.

En cuanto lleguen y se posicionen por los alrededores...

Va a morir mucha gente y el culpable se ocupará de que yo sea identificado y señalado como el causante.

No me importa morir, pero me indigna que ese tipo se salga con la suya.

Estoy atado y amordazado.

Lo que lees es mi pensamiento.

La literatura, que es un gran invento.

¡¡¡Boooom!!!