El partido se alarga seis minutos. El anuncio dura cinco segundos. Algunas cirugías requieren diez horas. La cápsula de fluoxetina se toma cada día. Un chico viaja siete horas para poder ver a su mamá. Los minutos esfumándose frente a un celular…
El paso del tiempo me comienza a atormentar.
(…)
Eran las 6am y yo tenía que estar lista en menos de una hora. Y aunque tengo bien en claro que las vueltas en la cama y los cinco minutos de más no se negocian, ese día no tenía otra opción porque llegar tarde suponía perder un turno. Di gracias al agua fría que golpeó mi rostro despabilándome casi de inmediato, y me cambié tan rápido como se puede cambiar alguien que todavía no tomó su desayuno.
Hay algo que defiendo a morir en los días de análisis de sangre, y es justamente el mega desayuno que viene después, acompañado de seguir durmiendo obvio. Y era en lo único que pensaba mientras esperaba sentada en esa silla fría y desgastada de aquel hospital.
Las personas a mi alrededor estaban completamente inmiscuidas en sus asuntos celulares. El chico de limpieza salió a fumar un cigarrillo, y las secretarías comentaban trivialidades entre sí. ¿Cómo hacen para tener ganas de socializar tan temprano?
-¡Adelante señor!
Anunció una enfermera.
Mi turno para el pinchazo se acercaba y yo ya estaba más que lista para recibirlo. De chica todos se sorprendían porque nunca sentí miedo de sacarme sangre, hoy creo que aquello me gustaba solo porque es uno de los pocos momentos en la vida donde me siento más valiente que otros. Uno de los pocos momentos de la vida donde nadie nota que tengo miedo.
La puerta se abrió de golpe y pasó el siguiente en la fila.
En aquel pasillo poco transitado, el silencio se hacía presente de a ratos, y fue entonces que el sonido del reloj que llevaba puesto el señor de al lado, se robó toda mi atención. El repetitivo tic tac perforándome los oídos me llevó a cuestionarme el tiempo en ayunas (y no, no lo recomiendo.)
Pensé en el tiempo. En lo relativo que es, en cómo pasa, en cómo pesa. En cómo vuela cuando somos felices, en cómo parece no pasar cuando algo duele. En cuántas veces intenté detenerlo, para que los lindos momentos duren un rato más. Y cuántas veces recé para que dejara de sentirse tan lento y reposado.
Se abre la puerta y alguien anuncia desde dentro:
-¡Siguiente! Pase por favor.
Si es como dijo Dios (Alberto Spinetta) y todas las hojas son del viento, a mí me gusta creer que todas las emociones son del tiempo. Nada puede doler para siempre. Nada puede ser disfrutado para siempre… Emoción sin noción. ¡Cómo quisiera saber si él también pensaba exactamente lo mismo! Pero no bajará a responderme ni yo subiré a preguntarle.
-Pase señor, ya lo están esperando adentro.
Continuaba diciendo la enfermera.
Imaginé entonces, una hoja frágil y delicada como toda emoción humana, siendo víctima del paso viento, del paso del tiempo. ¿No es su condición vulnerable y efímera lo que la hace tan valiosa al mismo tiempo que insignificante? Nada importa tanto realmente, es absurdo preocuparse. Nada dura para siempre, es absurdo intentar retenerlo. Solo importa contemplarlo en el momento en que sucede. Solo importa el presente.
-Pase señorita.
Me dice la enfermera. Gracias por decirme señorita y no señora, pienso.
Es tan difícil mantenerse en el ahora cuando todo a tu alrededor parece buscar estímulos constantes e inmediatos para no quedarse a solas con uno mismo. Como si fuera malo perderse en el abismo interior. No sé, es complicado, sobre todo cuando entendes que el pasado y el futuro se presentan sólo como distracciones que nos atormentan, porque ni siquiera existen ¿no? ¿dónde está tu pasado? ¿y tu futuro? no los podes tocar, no lo ves. existen solo en tu mente. ¿Cómo frenar los pensamientos que obnubilan el presente haciendo imposible su contemplación? ¿Hay una manera de desconectar la máquina psíquica que cuestiona todo indiscriminadamente? ¿Se pued…
-¡Auch!-
El pinchazo me devolvió de golpe a la realidad, la sangre comenzó a llenar la jeringa y lo admito; ésta vez sí me dolió. Sin embargo ahí estaba yo… De nuevo en el presente.
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