Del fuego de tradición al fuego del espíritu

“Más que fuego, hace falta arrepentimiento”

Cada 24 de junio, muchos se reúnen a quemar el muñeco de San Juan. Algunos dicen que simboliza dejar atrás lo malo, purificarse, empezar de nuevo. Pero... ¿de verdad el fuego externo cambia algo si por dentro seguimos igual?

La Biblia sí habla de fuego. Pero no del que arde en muñecos, sino del que purifica el corazón. Y cuando hablamos de Juan el Bautista, no hablamos de fiestas, sino de una voz que clamaba en el desierto, llamando al arrepentimiento verdadero.

“Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2)

Juan no vino a entretener con tradiciones, sino a preparar el camino para Cristo. Su mensaje no fue quemar lo malo con fuego simbólico, sino morir al pecado y nacer del agua y del Espíritu.

Entonces, te pregunto:

¿De qué sirve quemar un muñeco si no dejamos que Dios queme nuestra soberbia?

¿No será más fácil prender fuego un trapo que enfrentar nuestra propia realidad?

¿Qué estamos celebrando realmente: una tradición vacía o el llamado a una vida nueva?

La verdadera purificación no se logra con rituales, sino con un corazón rendido a Dios.

“Yo los bautizo con agua, pero el que viene después de mí... los bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11)

Ese fuego del que hablaba Juan no era una fogata, era el poder del Espíritu que transforma vidas, quema la culpa, purifica el alma y enciende propósito.

En vez de escribir nuestros errores en papel para quemarlos, ¿por qué no escribirlos en oración y llevarlos a los pies de Cristo?

🔥 Que en esta fecha no solo recordemos una tradición, sino el verdadero mensaje de Juan: volvernos a Dios con todo el corazón.