Te vas quedando atrás,
como caminos que no dejan avanzar.
Te suelto cada vez más,
sabiendo que alteraste mi vida
que dejaste grietas en mi alma y aun así te fuiste.
Voy curando las heridas,
tirando suspiros con calma
mientras la oscuridad me abraza.
El irte fue lo más esclarecedor que viví,
una parte tuya que no reconocí
me hizo abrir los ojos al fin.
En mí, ya no hay espacio para ti
ni para las memorias que tus silencios borran sin pudor.
Sé que tu querer se ha ido
y no te culpo.
Contribuí a tu dolor,
haciéndote parte del tormento.
Pero tú dañaste el cariño
que alguna vez hubo en mí.
Es hora de soltarte,
para ahora y para siempre.
Pero…
¿Cómo cerrar la puerta a lo que nunca quise despedir?
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión