dejame ser tu poeta

Creo llevar muy bien tu tema.
Si te nombran, tal vez suelto un suspiro.
Si te nombran, tal vez una vida a tu lado imagino.

Llevo muy bien tu tema; a mi pesar, esto lamentablemente no seguirá así por mucho.
Hay una frase que decían por ahí sobre el amor:

"Si amo fuerte, mucho no escucho."

No quería y no quiero enamorarme de ti,
pero sé que algo dentro mío se está gestando.
Lo aclaré mil veces: no quiero enamorarme de ti,
pero sé que dentro mío ya está pasando.

Ya sabes cómo fueron las últimas semanas.
Nuestras charlas fueron sobrias, frías, distantes,
e incluso con demasiada cortesía.
Existe cierta alevosía en que nuestras charlas se hayan vuelto así de vacías

Sabemos lo que está pasando, y no es lo que de afuera se ve.
Parecemos buscar distancia a un punto de no retorno,
pero, cariño, ya intentamos eso antes,
y lamentablemente no se va a poder.

Una charla cada ocho días, mismo patrón de conducta.
Nos alejamos un paso más, tentando a la suerte; eso siempre nos gusta.
Ocho días más, otro paso en falso.
Existe una tensión que desafía esta relación.
Manipulamos la cuerda que nos une, esperando que resista o que se rompa
para hacer lo que siempre quisimos.

Pero, ¿es eso una opción?

Si el título que nos implantamos nos define de terciarios,
parece que ahora quisiéramos ocupar el foco de atención.
Cariño, solo quiero decirte que vos nunca fuiste una opción.
Me sucedes y me sucederás siempre.

Pasa el tiempo, pasa gente.
Aspirantes a tu puesto desean que las vea como te veo a ti,
pero, cariño,

¿cómo explicarles que eso no es posible?

Si es tu belleza la que me encandila

tus ojos los que me destruyen y reconstruyen de entre mil pedazos

y tu risa el murmuro angelical que desata lo mejor de mi

Miedo al daño sabes que no tengo;
miedo al fracaso, por favor, no soy de esos.

¿Miedo a perderte?

No seamos ingenuos, nadie nunca te tuvo, y para mi mala suerte.
Yo no parezco ser el primero.

Mis cartas sobre la mesa serán presentadas:
una baraja imbatible, para tu mala suerte.

Te conozco más de lo que te conoces a ti misma,
eso me llevó a perderme entre las pocas letras que te haz atrevido a enviarme.

Me juraste escribir para convertirte en una poeta.
Cariño, no quieres ser poeta: quieres ser poema.

déjame de ese placer formar parte.