Se ponen de pie ante la cama
Igual a borrones negros.
Allí donde la escarcha hiela los dedos de pies y manos.
.
El cajón donde los ojos dejan de beber el oro de las nubes,
Ni hay sol que parta las telas de azabache.
.
Los dolientes
Solo agachan la cabeza
Y el abrazo rompe el cuerpo en lágrimas,
Apretando los labios de amargura
Mientras el maquillaje forma un río de carbón entre sus surcos.
.
Caras de maniquí retocadas por el vino:
En ellas
cada arruga es un beso de la Muerte
Y sudor abre sus poros
Como cien ojos de tarántula.
.
Y allí está con ellos,
Caminado entre los vivos.
Su aliento aspira pétalos de flores.
.
Me ha cambiado
por un cofre de arena;
Mi corazón latiente,
por un odre de cenizas que ya no tiene brasas.
.
Un cofre al que los dolientes cantan letanías,
Donde enterré
el siseo de serpiente
Y el llanto de la yunta.
.
Cantan…
Al borde de caer en las sábanas del foso.
.
Pero el corazón al que dedican sus rezos
ya ha sellado sus oídos.
Ya no comprende la lengua
que Dios se ha mutilado.
.
Ha desenvuelto ya sus alas.
Vaga libre,
Pero ciego
en la penumbra palpitante,
Gateando por el piso hasta sentir la senda de los pétalos
.
¿Por qué si en ti
nacen palomas,
Me has parido ciego?
¿Qué habré maldecido
Para que de mí te enojes tanto?
.
¡Oh señora!
Que clavaste en mí el puñal de hielo,
Ya me tienes en tus manos,
Ahora
No desprecien los cielos
este corazón que tú misma has arrancado.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión