Cuan feliz una puede ser para estar al borde del llanto?
sentir el bienestar que nunca se siente y reaccionar ante él como lo que soy(o creo ser), un humano.
y mediante las horas pasan, el porro se termina, el cigarrillo ya empieza a asperarme la garganta y mis manos se resbalan sobre si para calentarse un poco.
todos se van a sus casas, el momento de exponerme llega:
el simple pedido de un lugar donde el sueño no sea primero, prohibido, y segundo, interrumpido.
los dedos de los pies se empiezan a helar, pero ya no se puede enfriar más el interior de quien ha sido deportado al frio.
esperando que la poca bateria permita poder convencer a alguien.
caminar sola por las avenidas, dando lugar a los arrepentimientos por mas fuertes que sean. Lo merezco.
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