Un día llovió en la luna, la tormenta arrasó con todo. Nos dejó sin aire, sin señal, sin luz. No podíamos caminar por las calles, tuvimos que quedarnos esperando bajo techo. Ese día que llovió en la luna nadie lo podía creer.
Se me mojaron las medias, las usé para secar unos cráteres. Me embarré. Quedamos acorralados, sin saber qué hacer, el pronóstico falló. No había toalla o papel que soporte el temporal dispuesto a llevarse consigo todo a su paso. Hay lluvias que son divertidas, hay lluvias que te dejan pasear, esta no. No quedó otra que pegarnos uno junto al otro, hasta que pase el chaparrón.
Esa tarde que llovió en la luna pensamos que no iba a parar. Sin embargo, lo hizo; mas no hubo arcoiris o salida del sol, porque en la luna las cosas no funcionan como acá, hay que agarrarle la mano.
Una vez que sacamos a baldazos el agua, ya pasada la mopa por el cerámico, nos quedamos en silencio, aturdidos.
No te gusta hablar de esa vez que llovió en la luna. Yo me acuerdo.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión