De los ojos emocionados de Leonor Manso

Leonor tiene 76 años y la mirada de una nena cuando habla de su juego favorito: el teatro. Es que es una maestra como actriz y directora. Igual, todo eso se resume en qué tuvo la humildad de servirme una gaseosa fresca en una mesita con rueditas, durante una de las tardes porteñas más calurosas de 2025.

Antes de tocarle el timbre respiré, como si fuera mi primera entrevista, aunque ya perdí la cuenta. Afuera y lejos quedaba el trajín urbano de la Avenida Las Heras. El ruido de los autos y el andar apurado de la gente se desvanecieron y cambiaron por una repisa con libros, una luz cálida, algunos adornitos y un cómodo sillón.

Desde el fondo del edificio llegaba Leonor, la maestra de maestros me traía, una mesita rodante, una Seven Up bien fría y me preguntaba si estaba bien, puesto la palidez de mí cara por el sofocante clima externo.

Nos reunimos el 3 de febrero, a dos días de la Marcha LGBTIQ+ Antirracista y Antifascista convocada de urgencia por los dichos del pseudo presidente, Milei.

"¿Fuiste a la marcha?", me preguntó Leonor para romper el hielo. Después de mí eufórica respuesta y, con su andar sereno, me contó que ella había asistido junto a su gran amiga, Ingrid Pelicori y un grupo de actores.

Lo convencida que estaba me recordó por qué decimos que la homofobia no es generacional. El arte, no es generacional al igual que el desfinanciamiento a los fondos del teatro.

Entre tanto, le pregunté qué le diría a la nueva generación de actores y me contestó "Que no pierdan el juego". Mí foto mental de la entrevista fue su mirada en esa frase: una mirada directa a los ojos y los suyos brillantes y grandes.

Como si fuera poco, antes de irme, se nos quedó el ascensor y, en cuanto salimos pude soltar: "Me quedé en un ascensor con Leonor Manso, me puedo morir en paz".

Leonor e Ingrid protagonizan "Cae la tarde tropical" del reconocido escritor y activista LGBT Manuel Puig. La obra se presenta en "Hasta Trilce" los fines de semana.