De la A a ja Z.

Más allá de Orión.

X Ilófono es natural de Hgdrisdane, o algo así. Un planeta algo más alejado que la estrella Rigel en un sistema estelar paralelo a la supergigante variable que es la que impide que su estrella, que él llama Lihtaa, haya ido detectada desde la Tierra.

Él me cuenta muchas cosas de su mundo. Es así desde que quiso aparecer en mi vida cuando yo tenía doce años. Esto me cóstó mofas de mis amigos y un desprestigio social que he ido arrastrando durante lustros. Pero ¿qué podía hacer yo?

Sí, callar. Y lo hice hasta hoy.

X me ha dicho que se marcha. Según sus cálculos (para eso vino y hoy ha terminado su tarea), a la Humanidad le quedan tres series de Netflix para extinguirse -su modo de medir el tiempo es extraña- y él, que de algún modo nos ha cogido cariño, no quiere estar aquí para presenciar la debacle.

Ha dado aviso en Blablaovni-compartir nave y lo recogen en un partido de fútbol -ya digo lo de su manera de medir el tiempo-.

El caso es que quiere que me vaya con él. Aquí, me dice, no hay futuro.

Yo tengo dudas.

No se trata de miedo por lo que me pueda deparar la aventura ni mucho menos un sentimiento de amor a la Humanidad que me impida abandonarla. Me importa una mierda la gente. Toda la gente. Pero... mis ocho gallinas...

Dice que no, que está prohibido llevar especies invasivas alienígenas a su zona de la Vía Láctea. Es razonable y lo comprendo, pero me cuesta dejarlas solas.

Le he preguntado por este asunto:

-Si no se permiten especies invasivas ¿ por qué puedes llevarme a mí?

-Serás convenientemente esterilizado y puesto en cuarentena al menos tres temporadas de Cuéntame y luego ya veremos que tipo de vida recluida te podemos permitir llevar.

Y no, no parece un plan muy atractivo.

-No te impediremos suicidarte.

Algo es algo, ¿no?