Damián sobrepiensa

Llegué a Buenos Aires a las cinco de la mañana. Llovía poco, y había muy poca gente en Aeroparque. Había solo un gran grupo de pendejos que se iban a Bariloche, con más energía que yo. Estaba hecho pelotas. El vuelo había sido un martirio ¿saben por que? la razón es obvia: no lo pagué yo. Me llamaron de taquito para abrir un festival de comedia en México, donde me chiflaron por ser argento. Los latinos somos así de resentidos, sobretodo con los que tratamos de ser felices haciendo cosas que nadie se anima; subirnos a un escenario como payasos, y en la vulnerabilidad de nuestro arte, cuerpo y magia ofrecemos el corazón. Ni en pedo me bajaba, me enseñaron que el show debe continuar.

—Eso es todo gente, gracias por la mala onda. A mi me pagan igual. La tienen adentro desde Qatar para atras.

Así terminé el unipersonal. Me bardearon de la organización pero me pagaron lo mismo porque me trataron para la garompa. Yo no dije ni "mu", recibi el cheque y me preparé para el vuelo.

Llegué a Buenos Aires, y me llegó un whatsapp mientras buscaba mis cosas en la cinta.

—Damián, estoy afuera. Detrás de un bondi amarillo con balizas.

Salgo, y nada. Solo había taxistas enloquecidos por robarme doce lucas para llevarme hasta Palermo.

—Mandame ubicación, gorda.—le mandé a Gaby. Y cuando me mandó la ubicación, estaba guionado. Ella estaba en Ezeiza.

Uno siempre piensa que otro la está pasando peor, ya nomas con pasear por aeroparque un poco, ves a la gente durmiendo sin saber lo que tocará el día de mañana. Yo sabía que a las diez en punto tenía que estar en el Cervantes para el tenis de los lunes con los gordos fofos de mis amigos, que ultimamente ya no los banco.

Gaby es la chica con la que llevo saliendo hace dos años, y vivimos juntos en mi casa. Es divina, pero es tan pelotuda. De nuevo, mire al rededor y me acordé de Darín: yo me pegó dos duchas calientes por día.

Pensé: ¿Que tanto me permito sufrir y renegar un poco? Estos que estan durmiendo en los pasillos del aeropuerto con colchas recicladas ¿no estarán pensando que otro la está pasando peor durmiendo afuera del aeropuerto con esta lluvia? o no durmiendo.

—DAMIAN. Contestame. —por un momento quise hacerme el malo, pero no, no es de malo. ¿Que pasa? ¿Todo gira al rededor de mi? ¿Y si Gaby tuvo un día del orto?

Tuve una idea, porque yo era muy detallista en mi juventud. Decía "te amo" y todas esas cosas, cuando me cagaron deje decirlo, para no gastar la voz en palabras que no valen nada, que solo las decía para demostrarle a otra que la quería. Y me sacudía con pensamientos: ¿Y si las palabras no bastan?

Voy a hacerle una sorpresa a Gaby. Llego a casa, saco una foto en la cama y le digo. No te preocupes, te confundiste de aeropuerto. Te espero para dormir. Y esperarla bañadito, con unos bastones de muzzarella que quedaron congelados desde el cumpleaños de mi mamá.

—Banca gorda.—Le mandé para hacerme el demorado mientras dejaba que un taxista me cogiera con un viajecito de doce lucas hasta el departamento.

Mientras puteaba por el precio, internamente obvio, pensé: mirale la cara. ¿Y si tiene cinco pibes? Yo acabo de cobrar tres mil dolares por una hora de show en Mexico, con todo pago, y la pase como el orto como él. Se lo merece. Creo.

—Aquí tiene maestro.—Le di las doce lucas.

Bajé, y el nabo de la pantalla me abrió la puerta. Dios mio. No tengo de qué quejarme, no puedo tener un mal día. Subi por el ascensor doce pisos, mientras abria el whatsapp para mandarle la foto a Gaby. Cuando bajo del ascensor sale de mi departamento Hernan.

—¿Que haces? —Le dije.

—No es lo que pensas.—Soy tan virgo que ni dude de él hasta que me dijo esa pelotudez a mí, que veo peliculas todo el día. Te juro flaye cualquier cosa menos que mi hermano se acostaba con mi novia.

Quise hacerme mala leche. Pensé: a este lo dejó la mujer hace tres meses, quizas anda mal.

¿Estoy bien?