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“Dame la mano, contame tu suerte”. Manifiesto contra el falso culto al auto-cuidado.

Lucía

Abr 3, 2024

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“Dame la mano, contame tu suerte”. Manifiesto contra el falso culto al auto-cuidado.
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¡Cuánta calidad humana hemos perdido en el falso culto al auto-cuidado! Perdimos la capacidad de empatizar (verdaderamente), de ofrecernos sentimentalmente a la necesidad ajena aunque económicamente no nos cierre el contrato. 

Uso el término económicamente porque francamente en este discurso las amistades, las relaciones y los vínculos se ven indirectamente monetizados. En este falso culto al auto-cuidado únicamente se preservan los vínculos que son rentables, y con esto me refiero a objetivamente rentables, ya que entre todos los vínculos suelen priorizarse los que fomentan o ayudan a la práctica de actividades asociadas a la productividad, como estudiar o trabajar. 

Desde este discurso la relación “positiva” o rentable es la que nos propicia un espacio emocional adecuado para sentirnos bien (el mayor tiempo posible) y cumplir nuestros “sueños”, hoy en día siempre vinculados a actividades que nos faciliten ganar más dinero o consumir mejor, sea este consumo en forma de comida, ropa o viajes (si, viajar es consumir). Por otro lado, los vínculos “negativos” (muchas veces llamados tóxicos) generalmente se asocian a no acompañar o atentar en contra de la realización de estas actividades (sea desde la no-compañía, el tiempo, la tristeza o desmotivación que genera mantenerlos), razón por la cual debe ser siempre descartado

Cabe destacar especialmente la curiosa relación que existe entre las características de este último tipo de vínculo y los síntomas depresivos, similitud que justifica y sostiene una manera “moralmente aceptable” de marginación de las personas que los padecen.

También, este falso culto tiene como concepto medular la acción de cuidar, la cual desde su inicio es concebida como colectiva, y que al perder este carácter no responde a nada más que a una vida basada en caprichos egoístas.

Cuidar

verbo transitivo · verbo intransitivo

  • 1. Ocuparse de una persona, animal o cosa que requiere de algún tipo de atención o asistencia, estando pendiente de sus necesidades y proporcionándole lo necesario para que esté bien o esté en buen estado.

  • 2. Procurar, a una cosa o persona, la vigilancia o las atenciones necesarias para evitarle algún mal o peligro.

Egoísmo 

Del lat. ego ‘yo’ e -ismo.

1. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.


Esta reflexión salió de la letra de una canción (las partes que tuve en cuenta están copiadas abajo) y la repetición del interrogativo quién como búsqueda de respuesta en estados de desahucio o desesperación, concluyendo que la salida siempre está en alguien (en el sentido de personas y no cosas) y también, muchas veces, en otros (que no somos nosotros).


El final es en donde partí - La Renga

¿Y en qué lugar habrá consuelo para mi locura?

¿Y a quién llamar?

¿A quién golpearle la puerta tan tarde?

¿Con quién hablar cuando no hay nadie?

Si esta noche no puedo dormir

No llores más, dame la mano, contame tu suerte

De esta manera, quizá, no sea la muerte

La que nos logre apagar el dolor

Lucía

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