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EL PERFIL DEL AGRESOR SEXUAL EN LA TECNICA DE RORSCHACH

Aug 11, 2023

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EL PERFIL DEL AGRESOR SEXUAL EN LA TECNICA DE RORSCHACH
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METODOLOGIA DE TRABAJO

 Se trabajó con una población de abusadores sexuales elegidos al azar.  En su gran mayoría reincidente. Estos no son pacientes psiquiátricos ni neurológicos. Todos se encuentran privados de su libertad cumpliendo una condena por el delito que se le imputa. A si mismo las causas o caratulas que aparecen en la muestra estudiada son los siguientes: Abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante, abuso sexual agravado por el vínculo, abuso sexual y robo/privación de libertad.

 MARCO TEÓRICO LEGAL

 Los Delitos Sexuales según la Ley:

En la actualidad la Ley 25.0871 sancionada en el año 1999 y puesta en vigencia en mayo del mismo año, ha reformado su Titulo del Libro segundo del Código Penal, suplantando su anterior rubrica por la de “DE­LITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL”.

Esto se relaciona de manera directa con el bien jurídicamente prote­gido, es decir que en la actualidad, la ley protege la integridad sexual y no la honestidad o la honra, como marcaba la ley antes de su reforma.

El bien jurídico tutelado por el delito de violación es la libertad sexual, Es el derecho que cada persona tiene para disponer, a su albedrío, de su propio cuerpo, y para elegir libremente el desarrollo de su actividad sexual.

Con estas modificaciones, la ley parte de la figura básica del ABU­SO SEXUAL, luego describe dos modalidades agravadas del delito, que son cuando importare un sometimiento sexual gravemente ultrajante o cuando hubiere acceso carnal. También explica los diferentes agravantes para cada figura.

 

MARCO TEÓRICO- PSICOLÓGICO

 En el diccionario de Psicoanálisis, se denomina Perversión a la des­viación con respecto al acto sexual “normal”, definido como coito dirigi­do a obtener el orgasmo por penetración genital, con una persona del sexo opuesto. Se dice que existe perversión cuando el orgasmo se obtie­ne con otros objetos sexuales (homosexualidad, paidofilia, bestialidad, etc.) o por medio de otras zonas corporales (por ejemplo coito anal), cuando el orgasmo se subordina imperiosamente a ciertas condiciones extrínsecas (fetichismo, transvestismo, voyeurismo, exhibicionismo, sadomasoquisimo), estas pueden incluso proporcionar por si solas el placer sexual. De un modo más general, se designa como perversión el conjunto de comportamiento psicosexual que acompaña a tales atipias en la obtención del placer sexual.

Según los lineamientos freudianos, la perversión adulta aparece como la persistencia o reaparición de un componente parcial de la se­xualidad. Ulteriormente, el reconocimiento por Freud, dentro de la se­xualidad infantil, de fases de organización libidinal, y de una evolución en la elección de objeto, permitirá precisar esta definición (fijación a una fase a un tipo de elección objetal: la perversión sería una regresión a una fijación anterior de la libido. (…) Incluso aunque la disposición perversa polimorfa caracterice toda sexualidad infantil, y aunque la mayoría de las perversiones se encuentren en el desarrollo psicosexual de todo indivi­duo, y la culminación de este desarrollo (la organización genital) no sea algo obvio y dependa de un ordenamiento, no de la naturaleza, sino de la historia personal.

Según Green:

 El pensamiento clínico

Habitualmente se distingue entre casos límites y personalidad narci­sista. La falla del narcisismo aparece regularmente en los casos límites. Su sensibilidad a la herida narcisista y la importancia ya señalada de las problemáticas del duelo permiten comprobarlo. Estos pacientes parecen lastimados en su ser16.

“Lo cierto es que Freud concluyo en la existencia de una destructi­vidad fluctuante, no ligada por el Super yo y, por lo tanto, diferente del sentimiento de culpa. (…) Es evidente que en este caso nos enfrentamos a los resultados más temidos de la reacción terapéutica negativa –com­probada frecuentemente en los casos límites- ligada a una compulsión de repetición mortífera. (…) Como mínimo existe una erotización del su­frimiento que se puede relacionar con el masoquismo, pero yendo más allá, (…) se pude ver aquí una puesta a prueba del objeto, sometido ne­cesariamente a ataques asesinos renovados17”.

“…las relaciones entre agresividad y destrucción no son simples (…) En la neurosis obsesiva, la agresividad tiene como meta gozar del objeto, pero también preservarlo de la destrucción, pues si el objeto es destrui­do ya no hay posibilidades de continuar haciéndolo sufrir y, por lo tanto, tampoco de gozar de él. (…) El sadismo ligado a la analidad, consideran­do que el control anal es un control afectivo, el auto control, son todas expresiones de la crueldad del Amo, de su indiferencia por el sufrimiento del otro. Es en el sadismo destructor que la analidad de ha convertido en un arsenal con potencialidades destructivas ilimitadas. Así la analidad se convierte en el soporte de una destrucción fría, desencarnada. Yo la designo desobjetalizante, el lema “tu, es decir el otro, no existes…18.”

La diferencia entre la analidad sádica y la analizad clásica, es que en el primero la fijación parece marcada en particular por el narcisismo. El narcisismo de estos sujetos esta despedazado, la herida narcisista no está cicatrizada. Se observa una perturbación de los límites del yo y, ciertamente, no faltan pruebas para pensar que, tras las apariencias de un funcionamiento socialmente normal, el yo sufre los contragolpes de una economía narcisista caóticas, de las más precarias sin fronteras esta­blecidas. El narcisismo anal da a estos sujetos un eje interno, verdadera prótesis invisible, que solo se mantiene por la erotización inconsciente de estos conflictos. La oposición en ellos es vital para delimitar mejor su identidad. Las ocasiones de conflicto también son posibilidades de repe­tir el trauma parental infligido por el juicio desvalorizado de los padres19

La segunda vertiente objetal de la estructura psíquica de la analidad primaria, es la contradicción. El amor se torna fácilmente en odio y el odio es el signo de un lazo que nada puede desatar. El odio sella un pacto de fidelidad eterna al objeto primario, el cual puede ser sustituido por otros, aunque estos no lo hacen olvidar jamás a pesar de las apariencias. Es altamente previsible, ver al sujeto implicarse en lazos sadomasoquis­tas20.

Otra característica de estos sujetos es que dado que la imagen de si esta poco formada, o todavía no asumida por el odio a uno mismo, el sujeto no puede definirse sino a través de la imagen de él que los otros le devuelven. Llevadas la limite extremo, las defensas mas allá de la re­presión, incluso de la escisión, pueden adquirir un carácter masivo en ciertas circunstancias traumáticas dolorosas obligando al sujeto a una renegación de la existencia del objeto e incluso de sí mismo21.

La analidad primaria se relaciona con el sentimiento del fin de la omnipotencia simbiótica. Es el sujeto el que no le reconoce al objetoel derecho de ser diferente y siente a cambio el desamparo de no ser él mismo reconocido.

Este conjunto de rasgos no evoca nada del orden de la neurosis ni de la psiconeurosis. Se identifican elementos de una caracteropatia grave, donde el eje central es la marca narcisista del carácter. De la fragilidad narcisista se pasa fácilmente a la amenaza psicótica22. (Estructuras no neuróticas)

Es en el nivel del funcionamiento mental, del trastorno de pensar, donde se afirman las singularidades “psicotizantes”. Pensamiento extra­ño, paradójico, desconcertante, casi retorcido, pero pensamiento apa­sionante si se lo considera en detalle por su inventiva dialéctica, capaz de asombrar, pues la utilización de las posibilidades regresivas de los meca­nismos lógicos funda una originalidad a menudo desconcertante.

Al encontrarse las W aumentadas y pocas respuestas de Dd, podría­mos inferir que estamos en presencia de la analidad primaria. Ya que es el lazo con la oralidad, de la cual le cuesta desprenderse a la analidad, como si el modelo implícito no fuera la relación genital con el otro sexo, sino la relación narcisista que conecta los dos orificios: boca y ano. Las huellas de la relación oral (avidez afectiva, dependencia) infiltran de tal manera la analidad que habría que hablar, en rigor, de oranalidad.

Aunque el Ello este infiltrado por elementos destructivos que impi­den una vida amorosa con un objeto, y aunque el Super Yo se revele re­gularmente implacable, lo cual conduce casi al ascetismo del lado del Yo, la sobre-investidura conflictualizada del pensamiento pasa a ser el antro de la subjetividad, su refugio, su ámbito inviolable.

RESULTADOS EN RORSCHACH

Análisis de los indicadores en común: Área intelectual.

Se observa que en la totalidad de los casos el número de respuestas es inferior a lo esperado. Esto permite deducir que se trata de personalidades rígidas, que pueden presentar algunas ansiedades paranoides reduciendo la cantidad de respuestas, para no mostrarse realmente como son. Son personas poco imaginativas incapaces de proyectar sus propias ideas.

A si mismo también se observó a lo largo de la muestra un gran incremento de las respuestas globales, este es un indicador que se relaciona con la oralidad, avidez y del querer abarcar el todo quedándose en lo obvio para no mostrarse y al estar los detalles disminuidos hablaría de la dificultad para analizar adecuadamente aspectos comunes de la realidad y muestras fallas en el contacto social. También se puede inferir la presencia de cierta incapacidad para funcionar intelectualmente o emocionalmente frente a los problemas prácticos de la vida cotidiana.

Otro indicador que se encontró aumentado es el de la variable F%. Esto implica un excesivo esfuerzo del yo, de control defensivo y de disociación. A partir de lo observado se puede inferir que utilizan como mecanismos defensivos la intelectualización y la represión.

 En estos casos se podría decir que el Yo frente a ciertas circunstancias podría ser capaz de organizar y discriminar los estímulos provenientes de sí mismo y del mundo interior.

Son sujetos que no poseen la capacidad de percepción adecuada no es buena o la misma es pobre. Lo cual implica un debilitamiento de las funciones yoicas adaptativas. Falla en la función de reconocimiento, la adaptación de la realidad y de sí mismo.

Se trata de personas que proyectan sus sentimientos y fantasías y no logran una buena discriminación. Transforman la realidad en relación con sus necesidades. Hay en general poca fortaleza yoica que naturalmente dependerá del grado de la disminución. También podría ser índice de poca capacidad intelectual. Este indicador explica el por qué no son capaces de reconocer el acto por el que fueron imputados, la culpa siempre se encuentra depositada en el otro.

Por otra parte, los valores de estos porcentajes indicarían un alejamiento del funcionamiento neurótico y se acercaría a un funcionamiento más del estilo fronterizo.

Son sujetos que se proponen objetivos mayores a sus capacidades funcionales. Puede relacionarse esto con lo mencionado recientemente a la oralidad al intento de abarcar el todo más allá de sus posibilidades reales de alcanzarlo. Y de la relación con el Narcisismo.

En líneas generales este fenómeno implica una transgresión a una ley perceptual básica, por lo que es común encontrarlo en protocolos de sujetos con personalidad psicopática, lo que se relaciona directamente con lo planteado en la hipótesis, ya que una de las características comunes en ambos casos es la transgresión a la ley, ya sea perceptual o social/simbólica.

 

Análisis de los indicadores en común:   Área Afectiva.

Del análisis se pudo relevar que hay predominancia de los afectos sobre la capacidad de mediatizar los impulsos y afectos. Es decir, son sujetos más impulsivos.  Del análisis exhaustivo de los casos se observa una predominancia de (CF y C), esto implica que los sentimientos son más intensos y descontrolados y las formas de expresión emocional son adaptadas.

Son personas estructuradas con poca posibilidad de movilización por la rigidez de sus defensas. Debido a esto se desprende que son individuos emocionalmente inmaduros y tienden a sentir los impulsos como fuerzas hostiles e incontrolables. También se pudo inferir la imposibilidad que esto le genera de un verdadero cambio psíquico o rectificación subjetiva.

Dadas las características descriptas a lo largo del artículo se observa que estamos frente a una población con serios problemas para vincularse, es decir que es un indicador de inadaptación social. Son sujetos no tienen un registro del otro como sujeto de derecho, ven al otro como un objeto, el cual es poseído por todo el caudal de impulsividad que no logran controlar justamente porque se encuentran bloqueados los mecanismos de la racionalización y solo prima el pasaje al acto en búsqueda del goce, un goce que solo es obtenido por el control absoluto de la víctima y su estado de indefensión. No son capaces de generar empatía, como tampoco poseen culpa alguna ya que no hay un Súper yo presente en su estructura psíquica.

Para finalizar se puede concluir que a partir del análisis de los casos de abuso sexual y teniendo en cuenta los signos Rorschach, se trata de un perfil con estructura límite de personalidad con funcionamiento perverso. Estos últimos surgen del análisis dinámico de las láminas y de los diversos indicadores que nos ofrece la técnica.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

COLOMBO, M (2013 séptima edición) Psicodiagnóstico de Rorschach. Interpretación. Bs.As. Klex.

PASSALACQUA, A (2010 séptima edición aumentada) Los Fenómenos Especiales en Rorschach. Bs.As. JVE.

Green, A. El pensamiento clínico. Ed. Amorrortu.2010. Cap. 1, punto 2, Pág. 96. 

Laplanche, J. Pontalis, J. Diccionarios de Psicoanálisis. Ed. Paidos. 1992. Buenos. Aires. Pág. 272.

Ley 25.087. Op. Cit. 

 globalesobale

Verónica Figueroa Alcorta

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