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cumbres borrascosas y drácula, alma y cuerpos del gótico

Nov 11, 2025

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cumbres borrascosas y drácula, alma y cuerpos del gótico
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1.0 Introito al terror

Lovecraft escribe en su ensayo sobre el terror literario sobrenatural: “la emoción más antigua y poderosa es el miedo”. El terror antecede la Literatura y la Historia, sintiéndolo los primeros cazadores incluso en un principio sin lenguaje escrito, cuando debían enfrentarse a las fieras del terreno agreste y dibujaban a esas enormes bestias que arrasaban sus comunidades. Ya en la Biblia hay maldiciones que convierten a la gente en pilares de sal y antes de eso el Medio Oriente inventaba a los necrófagos y los griegos erigían las primeras manifestaciones del vampiro en la empusa, así como las culturas celtas tenían y festejaban sus solsticios y eclipses y en la Edad Media se practicaban todo tipo de exorcismos con hierbas milagrosas como la verbena.

Pero es cierto que, en tanto al terror dentro de la literatura, este se forja primeramente gracias a la novela gótica del siglo XVIII y  XIX, con su obra fundacional El castillo de Oronto” de Horace Walpole, y continuado por Ann Radcliffe o Matthew G. Lewis, que a la vez existe al desprenderse del género literario del Romanticismo. La literatura de terror, entonces, parte del gótico en una suerte de Génesis bíblico de ultratumba.

1.1 Sobre el gótico

El gótico abarca la literatura, la subcultura de chicas con delineados afilados, y también la arquitectura, por lo que es difícil describirlo de una única manera; tiene que ver no solo con iglesias verticales con delicados ornamentos que las cubren enteras y tampoco únicamente demarca la forma en la que los romanos se dirigían a los pueblos germanos que consideraban bárbaros. En esta ocasión, por más que me guste el dark wave y las presentaciones en vivo de Peter Murphy colgado como un murciélago desde lo alto del escenario al entonar Bela Lugosi is dead, solo hablaré de la narrativa gótica, atravesada por Cumbres Borrascosas de Emily Brontë y Drácula de Bram Stoker, entendiéndolas como el alma y el cuerpo del gótico.

1.2 Sobre la narrativa gótica

La novela gótica nace con El castillo de Otranto de Walpole, cuya primera edición tiene el subtítulo de “un relato gótico”. Walpole tiene una editorial en su casa, la cual estaba decorada como las famosísimas iglesias germanas. El gothic revival o el resurgir del gótico aparece primeramente en la era victoriana, mórbida y mortal, con el opio y la morfina y los relicarios de cabellos y dientes amados y los escorpiones atrapados en ámbar para las joyas de la dama, con los velos negros que cubrían a la viuda por años, obligada a no poder hablar con nadie durante el luto…

En la novela gótica temprana hay castillos, seres errantes y sobrenaturales dando presagios en catacumbas, muerte y sexo libertinos, agravios, doncellas en apuros que son perfectas y pálidas y un héroe byroniano. Lord Byron fue, sin dudas, el primer rockstar de la literatura, mucho antes de que Stephen King, escritor de It y El Resplandor, eligiera a los Ramones como agrupación estandarte de su vida, armando una banda punk en su natal Maine a sus setenta y tantos años y compartiendo aquello en tweets. Lord Byron, íntimo amigo de Percy y Mary Shelley, escribía poemas épicos, retrataba al Don Juan literario como un alma en pena, sufriente ante las visicitudes del amor, y se rumoreaba que era vampiro y bisexual. Ayudó a que Mary queme y arranque el corazón de Percy cuando este se ahogó en altamar, navegando justamente con Lord Byron, quien sustrajo su cuerpo del agua y volvió a traerlo a la arena. Estaban en la costa inglesa para acompañarse durante el luto. El héroe byroniano es justamente como su amante Caroline describiría a la figura real: “loco, malo y peligroso de conocer”. El protagónico masculino del gótico es exactamente eso.

También, en la novela gótica (y esto no es distinto entre la novela gótica temprana, la de Walpole, y las generaciones subsecuentes del género) es todo oscuro. Creo que es la forma perfecta de describir las disímiles disciplinas que lo constituyen; la arquitectura gótica, la subcultura gótica y la narrativa gótica son oscuras y excesivas, se desbordan constantemente. Apenas pueden con su peso. 

La literatura gótica temprana entonces sucedía en altos castillos y en ruinas o en Sicilia, como en Un romance siciliano de Ann Radcliffe, o en Madrid, como es el caso de El Monje de G. Lewis. Si no, tranquilamente podría estar ocurriendo en el Medio Oriente, como fue el caso luego de la publicación de Las mil y una noches, que puso muy de moda el orientalismo en la novela inglesa pues, si bien en un principio la narrativa gótica se ambientaba en algún lugar y momento de la Edad Media, considerado el medioevo la mejor época para escribir sobre la irracionalidad, los bajos impulsos y la superstición, esto fue mutando en las siguientes generaciones del gótico, pasando a ser más importante la ambientación en algún lugar, en algún momento aunque la fantasía del medioevo irracional y violento es parte del gótico. El exceso. Lo violento. Lo bajo. El pecado. Lo ilógico. Las emociones compulsivas que llegan con la obsesión, el deseo y la muerte.

2.0 Del gótico del alma al gótico del cuerpo

En  el siglo XIX, el gótico se transforma en un espejo de la crisis moderna que pasa del romanticismo al horror del cuerpo. Para mí, Cumbres Borrascosas y Drácula proponen y condensan los núcleos más representativos de la sensibilidad gótica. Hay pasión, exceso, transgresión, un amor y una obsesión y un deseo macabro que llegan a límites inconmensurables, inenarrables, a la vez que muestran el cambio de época, sus crisis culturales y como estos moldean el gótico y así, posteriormente, al terror literario. La novela gótica es una transformación de miedo. El terror, su costilla amputada.  

El gótico es una pesadilla. Es un mundo donde las estatuas sangran y a nadie le parece extraño, donde no se sabe qué día es ni dónde se está, pero se sabe, se siente que todo es cierto; es un mundo donde a las personas las signa su destino al nacer, o incluso algo mucho más macabro, como un designio de estrellas antes de ese natalicio. Si no es eso, el pasado acecha o vuelve al presente como un fantasma que no deja dormir. En el gótico nunca se duerme bien, rechinan las puertas y la madera se infla y se desinfla, los pasos van arrastrándose como atados los pies con cadenas, pues el lugar donde acontece la narrativa gótica se expresa como otro personaje, o incluso a veces mejor que los personajes que hablan y sueñan venganzas. Los ambientes, ruinosos y aislados, alienan y enloquecen. En la narrativa las dolencias son la psiquis, lo romántico, las pasiones tormentosas, lo irracional, lo inalcanzable, el caos y la creación y los conflictos sexuales, los tabús. Hay múltiples voces, el villano puede ser el mejor protagonista, y los demás caracteres sufren y desean con igual tormento. Hay objetos recurrentes, con acciones insignia, que sugieren emociones, y la naturaleza es amenazante, tanto como lo sobrenatural y como el otro, o como el mismo yo.  

2.1 Cumbres Borrascosas de Emily Brontë

Cumbres Borrascosas es la única obra de Emily Brontë, quien muere en discordia con Charlotte Brontë en la treintena de años. Aislada en su casa de Yorkshire, su vida se pasa escribiendo, rezando y cuidando de sus hermanos. Además de Charlotte hay un hermano menor, el cual es artista y adicto al opio. Muere después que Emily y, al final, el padre de los Brontë sobrevive a todos sus hijos. Quema todos sus escritos adolescentes o quizá lo quema alguno de sus familiares y ese es mi dato preferido sobre ella.

Cumbres Borrascosas tiene distintos narradores, pero trata sobre Catherine y Heathcliff. Heathcliff, gitano, es traído a la casa de los Earnshaw cuando es un niño, en uno de los viajes del señor Earnshaw, y es criado junto con Catherine. El subtexto sugiere que es hijo de Earnshaw, producto de un amorío durante sus recorridos laborales. Tabú. Heathcliff es descrito como un demonio negro y además ambos se crian como hermanos. No solo esto es correlativo a la novela gótica temprana, sino que toma sus características para crear una obra apasionante sobre la muerte, la obsesión y la locura, pues no solo el tabú está presente sino que Emily cambia el castillo en ruinas por los páramos de Yorkshire y Cumbres Borrascosas se vuelve un mal augurio, utilizando el viento y la neblina, las nubes y las tormentas, para hablar de lo que Catherine y Heathcliff sienten, como si pudieran controlarlo, o al revés, porque en realidad Catherine y Heathcliff son desborde y nunca pueden controlar nada. 

Encuentro similitudes entre El Monje de G. Lewis y Cumbres Borrascosas de Brontë. Ambrosio, un predicador madrileño, es vengativo, apasionado, y pierde su alma al igual que Heathcliff y, además, ambas obras son catalogadas como indecentes y amorales cuando son lanzadas al público. Aunque Catherine y Heathcliff nunca tienen ninguna escena de sexo explícito, la tensión llega al punto cúlmine cuando, al morir Catherine, ya casada con otro hombre y habiendo vuelto a ver a Heathcliff luego de años de distancia, Heathcliff profana su tumba para mirarla. No hay decoro. 

2.2 Drácula de Bram Stoker

En Drácula, el espacio cumple una función análoga, pero desde una lógica distinta. El castillo del conde, frío, oscuro y laberíntico, simboliza el inconsciente reprimido. Jonathan Harker y el Conde son un espejo: Harker, la razón y la lógica como únicos poderes y Drácula, un ser ancestral y poderoso; la única salvación es la escritura, la cual Jonathan ejerce para poder mantener la cordura. Drácula está formateado como cartas. Mina Murray, la prometida y luego esposa de Harker, tiene el cerebro de un hombre que sería muy dotado, según Van Helsing, pero todo lo bueno del corazón de una mujer. Lucy, amiga de Mina, en cambio, es instintiva y liberal, reformula a Lilith y es convertida por el Conde con el vampiro como símbolo del contagio y la epidemia, el virus, la plaga. Lucy Westenra en este caso es una figura ambivalente pero realmente sexual, y cuando los cuatro hombres de la novela le dan su sangre para mantenerla con vida, también hay una metáfora a la consumación del deseo. El vampiro es peligroso porque es capaz de despertar el sexo de la mujer. Así Drácula abre espacio al gótico y el terror modernos, pues el terror simboliza lo reprimido; el deseo, el cuerpo, la culpa. 

3.0 Cumbres Borrascosas y Drácula, observaciones

  • En Cumbres Borrascosas, el absoluto deseo entre Catherine y Heathcliff transgrede toda norma social y divina. Brontë lo transforma en algo trascendental y metafísico. En Drácula, esto es lo corpóreo, lo epidémico; no es un deseo espiritual, sino una necesidad fisiológica, ambas repletas de enfermedad y degeneración.  

  • En Cumbres Borrascosas, lo sobrenatural es más bien simbólico. El fantasma de Catherine que se asoma contra la ventana bien podría ser el duelo y la obsesión de Heathcliff. Catherine es y no es un fantasma, muy al estilo Henry James en la otra novela gótica manifiesta, Otra vuelta de tuercaDrácula vuelve concreto a lo sobrenatural. Lo vuelve un ente con cuerpo, no hay metáfora: el vampiro es el temor del siglo XIX. El contagio, el sexo, el otro.

  • En Brontë, el mal es la locura y la pasión desatadas. En Stoker, son amenazas más bien literales y exteriores: la invasión, la represión erótica y la peste. Un mal íntimo y personal y un mal social y biológico.

  • Catherine y Heathcliff viven una pasión que llega al punto cúlmine cuando Heathcliff soborna a un sepulturero y saca el cadáver de la reciente muerta de su encierro. Drácula erotiza la sangre en un vínculo entre víctima y verdugo. Se diluye el yo. 

  • Cumbres Borrascosas pertenece al Romanticismo tardío, una época que exalta la emoción y el poder de lo irracional. El conflicto central es interior y psicológico. Drácula nace en el fin de siglo victoriano, en plena crisis de fe.

@lanosferatu

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