El mundo leerá y no comprenderá,
Únicamente será capaz de apreciar
Lo que imaginará a partir de la lectura
De ese extenso y crudo texto
Que surgirá a través de la creatividad.
La culpa te asecha, ¿qué te hace sentir así?
El mundo no estaría mejor sin vos, ¿quién te hizo creer que sí?
Si la vida te golpeó hasta desangrarte, ¿por qué crees que así merecías vivir?
Viviendo las cosas es cuando comenzás a sentir
Que el final del camino queda lejos de tu alcance
Y que siempre al intentar hacer lo cotidiano
Los fantasmas del pasado comienzan a asecharte.
La culpa existe desde que existís, o quizás desde un rato más tarde,
Te taladra el cerebro con repasos de lo que pudiste llegar a pensar,
Como si pensar estuviera mal.
Ella no reconoce género ni edad, sólo está ahí para asechar,
Para hacerte creer que no estás hecho para esta vida,
Para hacerte sentir que no perteneces a esta realidad.
Tiene ese poder, el poder de desdibujar.
¿Creíste que de ella te podrías liberar?
Ni el clonazepam te va a poder salvar,
Aunque la palabra podrá ser tu arma final
Si de ella lo suficiente te empoderás.
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