La vida adulta es dura, y el adulto no dura siempre fuerte.
El despertar se tornó en un "encendido" lo que antes era un volver del reposo.
Vivo por las obligaciones, ¿Qué soy, sin mis obligaciones?
¿Quién soy un Martes a la mañana y quién soy un Sábado a la noche?
Reflejo mi valor personal, por las cosas que hago.
Soy mucho más que lo que hago: soy quién lo hace.
Las costumbres ya no son hábitos, son síntoma de un déficit culposo.
Estoy encerrado en un caja de regalos.
El regalo se descubre una vez abierta la caja.
Siento tanta culpa.
Me siento tan culpable de despertar obligado a tener que vivir.
Saber y no hacer nada me atormenta.
Me siento tan culpable de irme a dormir sin haber vivido lo suficiente.
Me siento tan culpable de no ser alguien por querer lograr ser todo.
Me siento tan culpable de cumplir con todos.
Me siento tan culpable de no cumplir conmigo.
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