¿Qué puedo hacer salvo amarte ahora? ¿Y cuando no sepa qué hacer?
Cuando ni mis cuerdas vocales vibren lo suficiente, ni mi guitarra exprese lo correcto, ni mi mandíbula module lo necesario, ni mi cerebro se comunique entre sus axones para pensar la respuesta perfecta que defina el arte que representas.
¿Qué más pude hacer? Cuando perdí el control y tomaste posesión de mi cuerpo y alma como si fuera un títere a cuerdas.
Dirigiéndome.
Con cada movimiento tuyo que yo ya hice. Con cada pensamiento tuyo que yo ya pensé. Con cada latido que yo ya latí. Con cada sentimiento tuyo que yo ya sentí.
Que por gracia o no, y que por casualidad o no, la arrasadora obra de Eros me llevo en algún momento y sin darme cuenta, a afinar mis cuerdas a tu melodía para que vibremos juntos hasta la eternidad.
Esa melodía que no estaba medida en hercios de vibración sino en a la incondicionalidad y la devoción que todos los días yo sentí por tu amor.
Estaba mutilando mi alma, cuando intenté sacar una parte de mi cuerpo de la cual era el autor.
Mi musa, mi motivación, mi alegría.
Todas las notas que vibras parecen tocadas por y para mí, expresadas libremente en la partitura de tus hermosos ojos, tu cuerpo, tu pelo, tu concepto entero de mujer.
Dios salve cada arpegio, cada punteo, cada acorde y cada rasgueo de guitarra que me hacen sentir tu nombre y solo tu nombre, tu delicadeza, tu belleza que solo ellos comprenderían si entrasen en mi cabeza, esa locura que me hace querer aprender leer partitura para quizás acercarme al hecho de encontrar tu luz celestial en este mundo terrenal.
Eres música porque eres arte, ese arte momentáneo que me hace sentir, emocionar y llorar, ese arte que ni siquiera necesito entender porque lo siento en el fondo de mi alma sin cuestionar y puedo jurar que renunciaría a toda mi vida por sentir tu voz que solo se podría comparar con las más dulces y dramáticas sinfonías.
Tirar las cuerdas duele y se pueden romper, pero prefiero romper una cuerda y encontrar el tono, a romperte a vos y perder mi trono. Ese trono del cual fue un regalo del universo y lo que dure esto, siempre será un privilegio. De eso se trata la música.
Soy el autor y director de todas las notas que suenas y soy el espectador aficionado de toda la melodía que generas.
Con cada olvido que intente, con cada carta que queme, con cada psicología que trate.
Fracase
Fracasando como suicida, como alguien que quiere mutilarse, como alguien quiso despedazar su cuerpo porque quería sacar un órgano, algo que estaba dentro, algo de lo cual eres parte.
Uno no olvida lo que está escrito en su alma, no quema cuando siente, ni arregla lo que no está roto. No deja lo que le pertenece, ni descuida lo ama, no acelera el tempo y no cambia de instrumento ni mucho menos de melodía. Solo se afina las cuerdas todos los días para estar en sintonía
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión